Las contradicciones de los políticos en general, del Gobierno y del presidente, Pedro Sánchez, en particular, son el pan de cada día. La última y más reciente tiene que ver con su cruzada ecológica plasmada en su utópico y lejano ‘Plan España 2050’, presentado el pasado jueves. El presidente del Gobierno se desplazó este lunes a Toledo para impulsar su propuesta ecologista y su visión de cómo quiere que sea España a mediados de este siglo.
Lo curioso y para muchos indignante es que para defender esas ideas, entre otras la de prohibir vuelos en trayectos que puedan realizarse en dos horas y media en tren, Pedro Sánchez no se privó de acudir a la capital castellano-manchega en un medio aéreo tan ecológico y habitual para cualquier español como el helicóptero. Sin duda es la forma más rápida de trasladarse de Madrid a Toledo, y no le importó la huella contaminante que deja el Super Puma 402. Sánchez iba acompañado por las ministras de Transición Ecológica, Teresa Ribera, y de Industria, Reyes Maroto. Es habitual en el presidente estos viajes aéreos y no sólo para sus labores institucionales. Vamos a recordar otros casos.
5Sánchez vuela al festival de Benicassim
Sí, fue también al poco de tomar posesión de su cargo de presidente. No había pasado un mes desde entonces y Pedro Sánchez utilizó el avión presidencial para acudir junto a su esposa a Castellón. En Benicassim actuaba el grupo ‘The Killers’. Sánchez terminó el Consejo de Ministros y cogió el vuelo para acudir al concierto.
Una vez más habían «vestido» el viaje de oficialidad, ya que previamente se preparó una visita institucional al ayuntamiento de Castellón de la Plana, donde se reunió con la alcaldesa, Amparo Marco. También se citó informalmente con el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig. La vicepresidente del Gobierno salía al paso de las críticas, tildando el viaje como «agenda cultural» y su desplazamiento aéreo como motivos de seguridad.