El juicio a Francisco Nicolás Gómez Iglesias, conocido popularmente como ‘El Pequeño Nicolás’, por falsificar su DNI para que un amigo pudiera suplirle en la selectividad de 2012, quedará visto para sentencia este martes en la Audiencia Provincial de Madrid.
La Fiscalía solicita para el joven –que niega los hechos– cuatro años y medio de cárcel y una multa de 36.000 euros en calidad de cooperador necesario e inductor de un presunto delito de falsedad en documento oficial. En la sesión de mañana está prevista la presentación de los informes periciales y los informes documentales propuestos por las partes.
El juicio proseguirá con las conclusiones e informes definitivos de calificación de cada una de las partes incursas en el procedimiento y concluirá con el acto voluntario de la toma de la denominada ‘última palabra’ de cada uno de los tres procesados, para quedar visto para sentencia.
El resto de acusados son el joven que presuntamente hizo el examen en sustitución de Gómez Iglesias, Manuel Avelló, y la funcionaria de la comisaría de Tetuán que elaboró el DNI que resultó falso.
Según la acusación, Francisco Nicolás consiguió un DNI con sus datos y la fotografía de su amigo Manuel Avello para que este último le hiciera la prueba de acceso a la universidad que se celebró en septiembre de 2012 a cambio de 6.000 euros.
Avelló, para quien también se piden cuatro años de prisión y multa de 1.620 euros, también ha negado cualquier implicación en estos hechos, y durante la primera sesión del juicio sugirió que la foto utilizada en el DNI a nombre del Pequeño Nicolás con su imagen pudo ser sacada de sus redes sociales.
Sin embargo, según el relato del Ministerio Público, Gómez Iglesias habría contado con la ayuda de una funcionaria de la comisaría de Tetuán para obtener el documento, que fue utilizado por su amigo para acceder a la prueba. Acusada de haber tramitado el DNI falso a sabiendas de que lo era, el Ministerio Público pide para ella la misma pena que para Avelló como autora de un delito de falsedad en documento oficial.
IMPLICADOS NO ACUSADOS
A fin de evitar flecos sueltos, Gómez Iglesias habría informado a sus compañeros de clase vía WhatsApp de que un amigo le haría selectividad. De acuerdo con el informe policial, incluso envió fotos del suplantador al chat para que le reconociesen y «lo integrasen en el grupo».
Uno de los compañeros de Francisco Nicolás aseguró en sus declaraciones en el juicio que en este ‘chat’ común, denominado «selectividad», se habló de los planes de suplencia, mientras que otros eludieron dar detalles alegando que ese día, a causa de la prueba, no prestaron atención a los planes del Pequeño Nicolás. .
El jefe de estudios del Instituto J.Y.J. también estaba al tanto de los planes del joven según la Fiscalía, si bien lo negó en el juicio señalando que el ‘Pequeño Nicolás’ vívía en un «mundo de fantasía» y no le dio importancia. En su caso, según la acusación, debía conseguir información sobre el profesor que iba a encargarse de los alumnos del centro educativo durante los exámenes de selectividad, ya que si conocía a Francisco Nicolás «truncaría todas las posibilidades de ser suplantado» y, a cambio, Gómez Iglesias prometió trabajo a sus hijas y a la pareja de una de ellas.
Francisco Nicolás, según el relato del Ministerio Público, hizo creer a una de las hijas que tenía una «estrecha relación» con el presidente del Grupo Pascual, Tomás Florencio Pascual. Con este objetivo, creó una cuenta de correo electrónico simulando que era el alto cargo del grupo de lácteos y le escribió varios mensajes asegurándole que iba a ser contratada en la empresa, de tal modo que ésta dejó su puesto de trabajo, si bien la oferta nunca se materializó.
Finalmente, ‘El Pequeño Nicolás’ obtuvo un 8,25 en la prueba de acceso a la universidad, pese a que su nota media de bachillerato era un 5,53, lo que le permitió ingresar en el Colegio Universitario de Estudios Financieros (CUNEF), adscrito a la Universidad Complutense de Madrid. En este centro estaba estudiando Derecho y Administración y Dirección de empresas cuando fue detenido.
HORIZONTE JUDICIAL
El joven, ahora de 27 años, tiene pendiente la conclusión de un segundo juicio que quedará visto para sentencia el próximo día 31 por fingir que era un enlace entre Gobierno y Casa Real durante el viaje que hizo a Ribadeo en 2014 para reunirse con el presidente de ALSA, Jorge Cosmen.
Por el periplo a la localidad gallega, donde asegura que solo quería «tirarse el pisto» con el empresario para embarcarle en futuros proyectos, según su declaración en la vista, la Fiscalía le pide siete años de cárcel y una multa de unos 81.000 euros por presuntos delitos de usurpación de funciones públicas, falsedad en documento oficial y cohecho activo. Se espera que quede visto para sentencia el 31 de mayo.
Además, Francisco Nicolás tiene pendientes otros juicios por los que se enfrenta a un total de 27 años de cárcel por delitos de estafa, revelación de secretos o integración en grupo criminal, entre otros.
La primera vez que se sentó en el banquillo de los acusados fue en 2018. Entonces, la Audiencia de Madrid le absolvió de haber cometido un delito de injurias y calumnias contra el CNI por acusar al organismo de ‘pinchar’ su teléfono ilegalmente. La defensa de ‘El Pequeño Nicolás’ alegó trastornos mentales.