El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha ninguneado a los Reyes de España desde que llegó a La Moncloa. Sin embargo, no hace ascos a la hora de inclinarse ante el rey Mohamed VI para proteger las fronteras desde el lado marroquí, en vez de buscar otras alternativas.
El Gobierno asegura que se trata de una «crisis migratoria«, pero nada más lejos. Marruecos ha abierto la frontera y roto cualquier relación de cooperación y de Inteligencia con España y Alemania. El motivo, el trato humanitario a Brahim Gali en el hospital de Logroño, al que llegó con nocturnidad e incluso una identidad falsa.
Esto es tan sólo una excusa. Marruecos persigue el sueño de convertir Canarias, Ceuta y Melilla como parte de su territorio. El presidente del Gobierno de Marruecos, Saadedin Otmani, llegó a asegurar el pasado mes de diciembre que Ceuta y Melilla «son marroquíes como el Sáhara«, sin que nadie del Gobierno de coalición de PSOE y Podemos respondiera con contundencia. Desde el inicio del año, han entrado por las dos ciudades autónomas casi 10.000 inmigrantes de forma ilegal, una cifra que supone un incremento de más del 40% respecto al total registrado en 2020.
EL GOBIERNO DE SÁNCHEZ, INCAPAZ DE RESPONDER AL DESAFÍO DE MARRUECOS
La ministra de Exteriores, Carolina González Laya, ha desaparecido del mapa, pese a la crisis diplomática que puede desencadenar una avalancha de inmigrantes sin precedentes. Solo en las últimas horas, han llegado a España a través de la frontera del Tarajal cerca de 6.000 inmigrantes ilegales, de los que han sido expulsados cerca de 2.300. «No es fruto de un desencuentro«, ha afirmado la ministra, tratando de echar balones fuera. Grande-Marlaska, por su parte, se ha dedicado gran parte de la mañana de este martes a despachar el asunto con los medios, con una entrevista en TVE1 a primera hora, donde ha pedido a Vox no aprovechar la situación.
El multimillonario Mohamed VI ha realizado una dejación de funciones sin precedentes y ordenado a su policía no actuar contra los inmigrantes que se agolpan en la valla de Ceuta. Todo ello tras recibir cientos de millones de euros en los dos últimos años de las arcas españolas. De hecho, según los cálculos realizados por MONCLOA.com, la cuantía de los contratos concedidos a Marruecos para proteger la frontera ascienden a casi 200 millones de euros, sin contar los 230 millones para la interconexión eléctrica.
200 M€ DILAPIDADOS EN DOS AÑOS
El último montante aprobado por el Gobierno para apaciguar la ira de Marruecos es de 30 millones de euros. La transferencia se realizará para «colaborar» en la financiación de la policía del país vecino para impedir el acceso a España desde el lado marroquí de forma ilegal. El objetivo es «la financiación de los gastos derivados de las actividades dedicadas a la vigilancia de fronteras y la lucha contra la inmigración irregular», según el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska.
Además, se han incluido en este importe «los gastos de mantenimiento de los materiales empleados por los servicios policiales marroquíes» para poder realizar las actuaciones de vigilancia de fronteras.
Sin embargo, según fuentes de la Policía Nacional a este diario, la policía marroquí no ha realizado este lunes y martes ni una sola actuación, pese a disponer de materiales, entre los que se encuentran visores nocturnos y todoterrenos en mejores de los que dispone la Guardia Civil.
MARRUECOS TIENE MEJORES TODOTERRENOS QUE LA GUARDIA CIVIL
Marruecos tendría que destinar este montante a sufragar los gastos propios de patrullar y vigilar su parte de la frontera marítima y costera. Así, España pagaría la gasolina, el mantenimiento de infraestructuras y material para los controles fronterizos. Además, tendrá que alimentar al personal encargado de esta labor.
Uno de los últimos envíos realizados por España a Marruecos se realizó en enero de este mismo 2021. En total fueron 10,6 millones de euros en material, cuyo destino fue el Ministerio de Interior marroquí. Cámaras y visores nocturnos eran el material de esta compra, pagada con fondos europeos. Otra de las partidas alcanza los 7,8 millones para la compra de otras 98 cámaras de visión térmica, a razón de casi 80.000 euros por unidad. Otros 12 millones se pagaron para comprar 168 vehículos, a más de 71.000 euros cada uno de ellos. Mientras, la Guardia Civil en Ceuta utiliza vehículos peores, sin material ni tampoco efectivos ante la oleada de inmigrantes que vienen a España.
El Gobierno de Sánchez estando en funciones en 2019 aprobó otros 30 millones para el despliegue de la policía marroquí con el fin de frenar la inmigración irregular. El importe se sumaba a los 140 millones comprometidos en esas fechas de fondos europeos. Aquel año, la inmigración irregular se frenó con fuerza, tras el récord de 2018.
DEL FONDO PARA CATÁSTROFES NACIONALES AL BOLSILLO DE MARRUECOS
El dinero salió del Fondo de Contingencia de los Presupuestos, diseñado para sufragar los gastos imprevistos como catástrofes naturales. El concepto fue, según la orden, «gastos incurridos por las autoridades marroquíes en sus actividades de colaboración con España y toda la Unión Europea en la vigilancia de fronteras y en la lucha contra la inmigración irregular que tiene como destino las costas españolas». El destinatario fue de nuevo el Ministerio del Interior de Marruecos. Todo para cubrir combustible, mantenimiento de los equipos de patrullaje, las dietas e indemnizaciones operativas del personal.
De esta forma, Marruecos se convierte en un pozo sin fondo para España. La única vía utilizada para apaciguar a los marroquíes es la misma que la usada para calmar a los independentistas y nacionalistas vascos y catalanes.
Más dinero en un país donde se fríe a impuestos a la clase media y trabajadora en plena pandemia. Marruecos tiene en su mano la llave y la puerta de entrada a España, cuyo Gobierno se niega a tomar una solución contundente para evitar más chantajes en el futuro. Lejos de ello, el pago de esta extorsión alimenta la codicia del reinado de Mohamed VI. La población marroquí trata de sobrevivir mediante el trapicheo y el mercadeo, incluido el de seres humanos.