La etapa posterior a la resurrección de Pedro Sánchez a partir de su personalísimo triunfo en las primarias socialistas de 2017 difícilmente puede entenderse sin dos figuras clave a su derecha e izquierda: Iván Redondo y José Luis Ábalos.
Ambos, con formas muy diferentes pero con un fondo muy parecido, representan el pragmatismo del actual presidente del Gobierno (que ganó las primarias con discurso regeneracionista modo Podemos, confeccionó un Ejecutivo centrista modelo Ciudadanos y finalmente abrió la puerta a Pablo Iglesias tras decir que no podría domir con este en su Consejo de Ministros).
EL PRESTIGIO DE ÁBALOS, EN ENTREDICHO
La trayectoria vital de Ábalos merece un biopic televisivo: el valenciano militó en el PCE hasta la debacle de Santiago Carrillo en 1982, posteriormente fichó por el PSOE (donde se hizo de oro incluso en la oposición) y más adelante saltó a la política estatal (sin importarle apoyar al alimón a Sánchez y abstenerse en la investidura de Mariano Rajoy).
Pedro Sánchez siempre ha mirado con gran simpatías a su amigo, que había demostrado una gran eficacia detrás de la cortina: lo mismo convencía a la Agrupación Socialista Gomera de que el PSOE debía liderar el Gobierno de Canarias que apagaba un fuego mediático o toreaba a la vieja guardia felipista.
Pero su prestigio político parece haberse desvanecido porque su imagen se carbonizó a causa del ‘caso Delcy’ y su eficacia se ha puesto en duda ya que el plácido horizonte de Pedro Sánchez se ha llenado de nubes de tormenta tras la fallida moción de la Región de Murcia tras el transfugismo de varios parlamentarios de Ciudadanos cortejados en las sombras por el Partido Popular.
DERROTADO
La debacle socialista en las madrileñas ha volcado todos los ojos sobre Ábalos, que ni corto ni perezoso alardeó de principios ante la supuesta falta de los mismos del Partido Popular (por las maniobras murcianas de Teodoro García Egea).
Pero el ministro de Transportes no puede ocultar que está cabizbajo y su mano derecha, el navarro Santos Cerdán, ya intentó hace unas semanas escurrir el bulto político asegurando que no había habido fallo socialista en Murcia.
«No, no creo que la cuestión sea la que ha liado el PSOE, sino la que ha liado el Partido Popular aceptando la corrupción como modo de hacer política. Nosotros para poder presentar la moción conjuntamente con los diputados de Ciudadanos, les pedíamos el compromiso y la firma de los seis diputados. Si no, no hubiéramos aceptado. Firmaron los seis y tendrán que dar explicaciones esos tres. Yo creo que el olor a corrupción es más que evidente. Y que es sistémica», aseguró Cerdán.
Y añadió: «Si confiar en las personas, en la palabra dada, en un documento por escrito es cometer un error, yo seguiré confiando en las personas, en las palabras y en las firmas. Tendrán que dar explicaciones otros, no nosotros. Yo creo que era necesario presentar esa moción de censura. No creo que sea fallida, era necesaria«.
Cerdán aseguró que fueron varios parlamentarios de Ciudadanos «los que plantean a nuestros compañeros de Murcia presentar una moción. Nosotros lo que les pedimos era el compromiso de todos y cada uno de ellos para poder tirar adelante con la moción y por escrito. Los compañeros de Murcia, empezando por el secretario general, Diego Conesa, nos lo trasladan a la dirección, y se decide presentar».
Y también desveló quiénes habían participado en la fallida operación: «Esto lo manejamos desde el Área de Organización, tanto José Luis Ábalos como yo, y estamos en contacto continuo también con el secretario general de la Moncloa que es Félix Bolaños, y con el presidente». ¿E Iván Redondo? La mano derecha de Ábalos dice que no participó.
Cerdán explicó que no tienen «previsión de adelanto electoral, sino de agotar la legislatura. Estamos en un año de pandemia, tenemos en 2021 y 2022 para trabajar en la recuperación económica, no es momento de elecciones, sino de trabajar en lo que hemos empezado. Los que les gusta hablar todo el día de futurología son los que plantean que puede haber elecciones. La previsión es acabar la legislatura, acabar con la pandemia y recuperar la economía».