El PSOE apostó sin demasiado convencimiento por designar como candidato para las adelantadas elecciones autonómicas madrileñas a Ángel Gabilondo, que sonaba a ‘Defensor del pueblo’ entre chanzas sobre su inmovilismo ante Isabel Díaz Ayuso.
Pedro Sánchez decidió confiar en él para abrir cartel porque no había a la vista una opción mejor, Margarita Robles no parecía tener mayor capacidad de movilización, y porque en sus dos citas madrileñas había aprobado con nota.
En 2015 aguantó de sobra el vendaval de Podemos y no fue presidente porque IU no llegó al 5% del voto, mientras que en 2019 ganó con un buen resultado y solo un tripartito conservador le apartó de la presidencia.
COMIENZO IRREGULAR DE CAMPAÑA
Iván Redondo apostó por diseñar una estrategia conservadora en una campaña madrileña polarizada: Angel Gabilondo debía reírse de sí mismo, su «Soso, serio y formal» y su aparición en espacios humorísticos como ‘Buenismo bien’ de la Cadena SER le delatan.
Y también debía intentar digerir el magma de votantes que huían de Ciudadanos y podían decantar la cita madrileña, tal y como sucedió con Salvador Illa en Cataluña. El exministro de Sanidad ganó con una estrategia basada en hablar sobre la gestión.
La decisión del spin doctor de Sánchez fue que Gabilondo se lanzase hacia los votantes naranjas con dos mensajes lanzados en ‘Al rojo vivo’: el PSOE no iba a subir ningún impuesto y él prefería el pacto con Más Madrid y Cs a unirse «con este Iglesias». Al candidato socialista le faltó decir que no iba a poder pegar ojo por las noches…
A ambos mensajes se le unió algo de fuegos artificiales mediante varios fichajes en busca del votante femenino: Hana Jalloul se convertía en la número dos con intención de frenar la imagen de Mónica García de Más Madrid e Irene Lozano también reforzaba la lista.
ENCALLADO
El problema es que los socialistas han detectado que Ángel Gabilondo, hasta ahora imagen estelar en Callao, se ha encallado en las encuestas porque los votantes de Ciudadanos ya están prestos a votar al PP de Ayuso.
Este hecho ha obligado a Iván Redondo a mover ficha para forzar un ‘plan b’: polarizar la campaña para conseguir ir a un escenario insólito marcado por una participación de récord en unas elecciones autonómicas de Madrid.
Y para ello ha salido en tromba Pedro Sánchez, que se está multiplicando en campaña mientras insinúa que la Comunidad de Madrid falsea los datos sanitarios para posibilitar la «libertad» de la que alardea Ayuso en contraposición con el supuesto «comunismo» de Unidas Podemos.
PARTICIPACIÓN RÉCORD
La Moncloa está comprobando que las previsiones de participación se elevaron por el efecto Pablo Iglesias, que ha llevado a Unidas Podemos hacia una zona templada pero lejana de Más Madrid (que le superaría ampliamente).
También ayudará a la participación actos como el de Vox en Vallecas. Es evidente que en La Moncloa dan por seguro que Rocío Monasterio va a superar el 5% del voto, la ‘muerte de éxito’ de Ayuso contra Cs y Vox suena muy utópica, y lo que pretenden es que una participación récord lleve a los votantes del sur de Madrid a que no se queden en casa.
Habrá que esperar para comprobar si en ese río revuelto pesca Ángel Gabilondo, que parece tener serias dificultades para mejorar en las encuestas y podría depender de que Más Madrid y Unidas Podemos, gracias a la polarización, eleven sus registros hasta sus mejores números posibles.
Iván Redondo cruza los dedos y está consiguiendo que Ángel Gabilondo sea arropado por Pedro Sánchez, que está repitiendo por consejo del spin doctor que la ciudadanía debe evitar «el Gobierno de la Plaza de Colón», espantajo nacionalista con el que pretende asustar a los votantes más centristas. Si es que quedan votantes centristas…