Todas las vitaminas que existen, la vitamina K es quizás una de las pocas que las personas conocen. Y que están presenten en algunos de los alimentos que se consumen a diario, y que no saben que las proporcionaba. Estas cumplen una función básica para el organismo, siendo una de las razones por la que, se merece un lugar destacado en nuestra dieta junto a las otras vitaminas A, C y D.
Existen dos tipos de vitamina K, las más comunes son la filoquinona, que es la vitamina K1. Esta se puede encontrar de una manera natural en una gran variedad de plantas; mientras por la parte está la menaquina, que es la vitamina K2. Este tipo de vitaminas, se pueden encontrar en los alimentos fermentados, en los de origen animal y en el microbioma intestinal.
1La vitamina K en alimentos
La vitamina K, se caracteriza por ser un efecto protector del corazón, ayuda mantener los huesos fuertes y prevenir la calcificación de las arterias. Además, juega un papel importante en los procesos de coagulación de la sangre. Por lo que, mucha especialista recomienda una dosis diaria de 75 mcg al día para las personas adultas, y en los adolescentes. Mientras, 36 mcg para los niños; comer una ración de brócoli o de col rizada nos aporta una cantidad de vitamina K recomendada.
Cuanta más cantidad se consuma es mucho mejor, con una sola porción de verduras al día se obtendrá la cantidad deseadas. Los alimentos integrales son importantes porque previene la aparición de diversas patologías, mientras que las vitaminas y antioxidantes actúan sobre el organismo. Las vitaminas K, son vitaminas liposolubles, por lo que estas no se pueden eliminar inmediatamente cuando hay un exceso de la misma.
Solo se debe de tomar los suplementos de vitamina K, cuando los especialistas los recetan, y no hacerlo si estamos tomando medicamentos anticoagulantes. Sin embargo, estos no serán necesarios si incluimos en la dieta alimentos ricos que proporcionen esta vitamina.