Mónica García cuela como número 35 de la lista de Más Madrid para el 4M a Javier Carrillo, un político que está siendo investigado por el Juzgado Valdemoro I por un presunto delito de prevaricación. Según el código penal, el delito de prevaricato es un delito especial que solo puede ser cometido por una autoridad o por un funcionario público y que consiste en dictar una resolución arbitraria a sabiendas de su injusticia. Esto es de lo que se le acusa al concejal del Ayuntamiento de Valdemoro que aspira a alzarse con un escaño en la Asamblea de Madrid.
En el caso de que la Justifica finalmente decida que el autor es culpable este será penado con la inhabilitación del cargo
El delito por el que está siendo investigado el político de Más Madrid, aparece tipificado en el artículo 404 del Código Penal. En el caso de que la Justifica finalmente decida que el autor es culpable este será penado con la inhabilitación del cargo. Si Javier Carrillo resulta culpable de los hechos por los que se le está investigando, el político estaría obligado a dejar su puesto de trabajo en la administración y tendría que decir adiós a su retribución de 45.000 euros anuales.
Asimismo, en caso de que Carrillo consiga su acta de diputado el próximo 4 de mayo, la querella impuesta se elevaría al Tribunal Superior de Justicia de Madrid, según el abogado de la acusación. El político valdemoreño se presenta a las elecciones anticipadas de la manos de Más Madrid, un partido de izquierdas que acusa a la «extrema derecha» de robos mientras mantiene en sus filas a un imputados por prevaricación.
LA ESCUELA PAGÓ 70.000 EUROS POR UNOS CAMPOS MUNICIPALES EN CONDICIONES LAMENTABLES
Los hechos por los que se investigan a Javier Carrillo se remontan a 2018 cuando la Escuela de Fútbol tuvo que hacer frente a una generosa deuda de 70.000 euros por el uso de unos campos municipales propiedad del Ayuntamiento de Valdemoro. Se tratan de dos campos de tierra y dos de césped artificial sitúados en el Polideportivo de El Prado en el municipio de Valdemoro.
Fuentes de la Escuela de Fútbol nos corroboran que los niños hicieron uso de estas instalaciones municipales que no estaban en las mejores condiciones. De hecho, los vestuarios tuvieron que precintarse ante el riesgo de derrumbe para poder garantizar la seguridad de los jugadores. Sin embargo, la Escuela de Fútbol de Valdemoro tenía que hacer frente a alquileres mensuales que se excedían de los 14.000 euros por unas instalaciones precarias propiedad del consistorio valdemoreño.
A día de hoy, fuentes vecinales nos confirman que los campos municipales siguen estando en condiciones lamentables y el ayuntamiento de la localidad madrileña sigue sin hacerse cargo del correcto mantenimiento de los mismos. Cobrar el alquiler y la deuda en un periodo corto de plazo sí, mantener las instalaciones municipales para los niños valdemoreños no.
Pero aunque las instalaciones no fueran el Santiago Bernabéu ni mucho menos, la Escuela tuvo que hacer frente a la deuda firme por utilizar los campos municipales. La cuantía de 70.000 fue obligada a abonarse por Javier Carrillo en un plazo de 12 meses a pesar de que en los informes, tanto del tesorero como del recaudador, estipulaban 24 meses como un periodo razonable para hacer frente a la misma. Este periodo corto de tiempo que implantó Carrillo acabó ahogando económicamente a la escuela; tuvieron que apretarse el cinturón realizando múltiples sacrificios para ahorrar y tuvieron que despedir a entrenadores, entre otras cosas, para así poder pagar a Carrillo en menos de un año.
ASÍ AVANZA LA INVESTIGACIÓN
El abono de la cuantiosa deuda en tan corto plazo hizo que los dirigentes de la Escuela de Fútbol de Valdemoro decidieran querellarse por prevaricación contra el político de Más Madrid. La querella lleva en los Juzgados de Valdemoro desde 2019 y se encuentra en fase de investigación.
Según fuentes legales que llevan el caso, ya han declarado seis testigos, se han presentado todas las pruebas y los técnicos municipales han ratificado los informes en los que establecían el pago fraccionado en 24 meses. Asimismo, los técnicos han declarado que hubo presuntamente «presiones» en el asunto.
Por su parte, Carrillo se defiende de la acusación recalcando que el Ayuntamiento de Valdemoro contaba con una impresionante deuda y que su único fin era recaudar para ayudar a las arcas municipales a salir adelante. Sin embargo, el concejal se olvidó que su afán de recaudación llevó a una situación económica muy difícil para la Escuela de Fútbol que tuvo que hacer frente a una deuda de miles de euros, en un periodo corto de tiempo, por usar unos campos municipales en condiciones lamentables.