El vicepresidente del Gobierno y líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, y su pareja, Irene Montero, no han tenido suficiente con comprarse una casa de 600.000 euros. Al comprar la vivienda, ambos abordaron una reforma de la que se ahorraron el pago de algunos impuestos por ocultar las obras al Ayuntamiento de Galapagar, tal y como ha avanzado el diario El Confidencial. Ahora ambos esperarán las consecuencias, que pueden ir desde pagar una multa de miles de euros a tener que deshacer la reforma entera para dejar el chalet como estaba y sufragar los gastos de la obra. No es una imputación, pero las consecuencias han manchado (más) la imagen de los vulgarmente conocidos como «marqueses de Galapagar». Ya han hecho todo lo exigible para ser un «nuevo rico» de manual. Solo les falta el Ferrari.
Las consecuencias por hacer trampas a la hora de abordar una reforma son varias. Según un experto consultado por MONCLOA.com, Iglesias y Montero podrían afrontar una multa de entre 600 y 6.000 euros, así como la obligación a que deconstruyan lo que levantaron. El importe de la reforma lo ignoramos, aunque fuentes cercanas a la pareja deslizan que ronda los 40.000 euros, pero esto no es lo importante. Si las obras aún estuvieran en marcha, el Ayuntamiento de Galapagar podría paralizar las obras e incluso precintarlas para evitar que continuaran, pero como están acabadas y le han pillado, es posible que Iglesias y Montero afronten otras consecuencias. No sabemos si el exministro de Economía Luis de Guindos también abordó una reforma de estas características en su ático de 600.000 euros, pero desde luego si lo hizo, no le pillaron con una reforma ilegal.
Pero lo más «divertido» para la oposición (o polémico) de todo es que, si se considerara prescrito el “delito” y ya no se pudiera ordenar la demolición de la reforma, la obra seguiría siendo completamente ilegal y el Ayuntamiento podría considerarla fuera de ordenación, lo que traería implicaciones a la hora de rehabilitarla, enajenarla o expropiarse.
Ahora la pareja tendrá que lidiar con la posibilidad de regularizar la situación del inmueble. A los 600.000 euros hay que sumarle la reforma que habrá costado un dineral, pero afortunadamente el candidato de Podemos a la Comunidad de Madrid y la ministra de Igualdad son solventes. Muy solventes.
Lo más divertido de esto es que el ayuntamiento tiene cuatro años para pedir la demolición de las obras realizadas en el inmueble. Fuentes cercanas a la pareja insisten en que la envergadura de la reforma ha sido grande. De hecho, según El Confidencial, la reforma estaba presupuestada en alrededor de 40.000 euros, pero tan solo declararon al consistorio de la localidad una reforma por valor de 13.055 euros. Vamos, que se la han metido doblada al ayuntamiento para ahorrarse algunos impuestos es el resumen que se saca de la información publicada.
Una multa de 6.000 euros no es gran cosa para la pareja que tiene como patrimonio más de 1.300.000 euros. No es ni la mitad del sueldo de cada uno. Pero que esta información salga a relucir en campaña cuanto menos le toca la moral a un Iglesias «cansado» de que cualquier cosa sea válida para descalificarle en la pandemia, tal y como aseguran fuentes de Podemos. Desde luego, Iglesias no se plantea que esto salpique su plan de ruta, por no hablar de que si la imputación por algunos de los casos judiciales que salpican al líder de Podemos no son suficientes para hacerle dimitir, una triquiñuela para ahorrarse impuestos, menos.
¿VIVE EN GALAPAGAR?
Ahora llega la gran cuestión que se ha convertido en la comidilla en los pasillos de Podemos. ¿Vive realmente Iglesias en Galapagar con Irene Montero? O por el contrario el candidato de Podemos no ha soportado la soledad de la presierra madrileña y se ha tenido que ir de nuevo a los brazos del asfalto en plena capital de España. Desde luego, fuentes de Podemos aseguran que desde marzo de 2020 Iglesias no vive en Galapagar junto a Irene Montero. Estas mismas fuentes apuntan a que el vicepresidente ha estado en dependencias públicas un tiempo y que ahora se le sitúa en zonas más céntricas en Madrid. Pero de Galapagar, nada.
Cuando las quejas sobre si Iglesias había cumplido el confinamiento o no se hicieron virales, la respuesta real era que el vicepresidente estaba cumpliendo a rajatabla las medidas. Irene Montero dio positivo pero Iglesias no tuvo ningún contacto con ella. Si él seguía trabajando era porque vivía en Madrid, no en Galapagar. Por el contrario, la ministra sí que estaba confinada en su casa bien reformada. Si ahora llega este problema, les llegará a los dos, pero es posible que el vicepresidente ya no pise esa casa que tanto dinero y esfuerzo les costó.