El ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha reiterado que no se va a retrasar la implantación de ‘Nutriscore’, prevista para finales de este año, pese a que lo hayan solicitado algunos gobiernos autonómicos.
Así se ha pronunciado Garzón en una entrevista en RNE. En este sentido, ha insistido en que se trata de una herramienta que ya existe en otros países como Francia o Alemania y que es el etiquetado frontal que más respaldo científico tiene. «Nosotros no innovamos nada, lo que hacemos es regular lo existente», ha espetado.
Tal y como ha recordado el ministro, ‘Nutriscore’ es un etiquetado frontal de los alimentos que simplifica el «enrevesado» listado de ingredientes que aparecen detrás del mismo a través de un algoritmo. «Si el producto tiene un exceso de nutrientes que se ha demostrado científicamente que son perjudiciales para la salud a medio plazo, como exceso de azúcares, sal y grasas, en la escala frontal aparece más rojo; si es al contrario, más verde», ha explicado, aclarando que ‘Nutriscore’ no explica si un producto es «bueno o malo», sino que solo simplifica su información nutricional.
Así, también ha resaltado el carácter voluntario de su implantación, aunque se ha mostrado partidario de hacerla obligatoria. «No podemos hacerlo obligatorio porque es una competencia de la Comisión Europea, lo que hacemos es regular que quien lo quiera poner lo ponga bien, dentro de unos estándares y que funcione adecuadamente para que no se engañe al consumidor», ha apostillado.
Preguntado por el desacuerdo de algunos nutricionistas con respecto a ‘Nutriscore’, el ministro ha explicado que se debe a que les parece «insuficiente». «Este etiquetado solo abarca la dimensión nutricional, y hay otras dimensiones como la trazabilidad ecológica, laboral, o incluso el procesamiento del producto que no se incorporan, y esto sería adecuado según los nutricionistas, por lo que estamos trabajando en ir incorporando estas medidas», ha anunciado Garzón.
No obstante, ha insistido en sus beneficios «dentro de la dimensión nutricional», ya que es el etiquetado frontal que tiene una mejor capacidad de cambiar los hábitos de consumo. «Funciona porque el consumidor va cambiando su pauta de consumo y el productor va cambiando su fórmula nutricional», ha abundado. «Dentro del acuerdo de gobierno está que se tiene que aprobar, y tiene que aprobarse», ha concluido.