domingo, 24 noviembre 2024

Estos son los únicos casos en los que puedes quitarte la mascarilla

Durante más de un año, la mascarilla, junto con el gel hidroalcohólico, ha sido el complemento básico para salir de casa, aún sigue vivo el debate de cuándo es obligatoria y en qué casos se puede quitar. Y todo porque el Gobierno se percató de un error técnico existente en la legislación en vigor, que dejaba en un vacío legal el uso de la mascarilla en determinadas actividades. El intento de calzar la corrección ha generado la enésima crisis de comunicación en pandemia del Gobierno, apuntando a que la mascarilla sería obligatoria incluso para tomar el sol en la playa o caminar solo por la montaña. El Consejo Interterritorial de Salud posterior a la Semana Santa ha venido a corregir esta situación, definiendo con mayor claridad y precisión el uso de las mascarillas. Así pues, ¿dónde puedes quitarte la mascarilla?

Oficialmente, según la nota de prensa emitida por Sanidad, el artículo 6.2 segundo párrafo, de la Ley 2/2021, de 29 de marzo, de medidas urgentes de prevención, contención y coordinación para hacer frente a la crisis sanitaria ocasionada por la COVID-19, establece que «no será exigible el uso de mascarilla en el caso del ejercicio de deporte individual y permite que se pueda exceptuar el uso de la mascarilla cuando, por la propia naturaleza de las actividades, ese uso resulte incompatible, con arreglo a las indicaciones de las autoridades sanitarias».

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¿DESAPARECERÁ LA MASCARILLA CON LA VACUNA?

Desde que se supo que se había patentado la primera de la vacuna, y sobre todo en cuanto comenzó la vacunación, la idea general pasaba porque podríamos decir adiós a las mascarillas. Los virólogos se echan las manos a la cabeza ante esta idea. Lo primero en lo que insiste en que esta pandemia debería enseñarnos que las mascarillas son necesarias para prevenir cualquier tipo de virus. Los datos de la gripe son un buen ejemplo.

Por otra parte, remarcan que aunque la vacuna inmuniza contra el covid-19 no hay evidencias aún suficientes como para confirmar que una persona vacunada no transmita el virus. La eficacia de las vacunas apunta a neutralizar, como en el caso de la gripe, los efectos sobre el organismo, pero no lo eliminan. De modo que, con o sin vacuna, la mascarilla parece haberse quedado durante un tiempo aún en nuestras vidas, sobre todo en espacios cerrados y con una ventilación insuficiente.

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