Si le hubieran preguntado hace cuatro semanas sobre si sería candidato de nuevo en las elecciones de la Comunidad de Madrid, Ángel Gabilondo hubiera respondido alto y claro que no. El problema es que hace unos días nadie se planteaba que pudiera haber elecciones anticipadas. Y, ante los inminentes comicios, el socialista se ha visto obligado a cambiar sus planes aunque sea de forma parcial. Fuentes del PSOE aseguran que Gabilondo sigue a la espera de que le nombren Defensor del Pueblo pase lo que pase. Incluso si en el escenario de que llegue a ser presidente autonómico. De hecho, el líder socialista tiene una fecha entre ceja y ceja: aspira a abandonar el partido este año, al mismo tiempo que se renueve el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).
Que dentro del PSOE llamen «Kamala» a su número dos, Hana Jalloul, no es baladí. En el PSOE saben que la imposición de Jalloul esconde mucho más que el mero hecho de meter con calzador a la dirigente socialista por su afinidad con el director de gabinete de la Presidencia, Iván Redondo. Al igual que pasa con el presidente de EE UU, Joe Biden, a quien la prensa no ve con ánimo de acabar la legislatura, en el PSOE de Madrid entienden que Gabilondo está cansado de jugar a un juego que no le va. Junto a Biden, el Partido Demócrata ha colocado a Kamala Harris, un perfil más vivo y con ganas que está llamado a heredar el puesto del presidente; y junto a Gabilondo han colocado a Jalloul, que ya se ve incluso como presidenta de la Comunidad de Madrid en unos pocos meses siempre que den los números.
Las fechas que se comentan son inciertas, pero todas apuntan a que Gabilondo dejará la política tan pronto como el PP y el PSOE entierren el hacha de guerra en algunas cuestiones como es la renovación del CGPJ. La intención del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, es la de meter el nombramiento de Ángel Gabilondo como Defensor del Pueblo en el mismo espacio temporal en el que se renueve el Consejo General del Poder Judicial.
Fuentes del PSOE aseguran que la renovación del CGPJ está rota otra vez. Parecía que el Partido Popular había cedido un poco en este asunto pero no fue así. El empeño de Sánchez de meter un par de vocales de Unidas Podemos ha echado por tierra cualquier conversación. Las fuentes consultadas aseguran que no se retomará este asunto hasta, al menos, después de verano. Las elecciones anticipadas de la Comunidad de Madrid han alterado el escenario y la recuperación económica que se espera este verano harán que las conversaciones entre el PSOE y el PP se retrasen considerablemente. Los más optimistas hablan de octubre y los más pesimistas lo pasan a 2022.
El Defensor del Pueblo es elegido por las Cortes Generales para un período de cinco años. El problema es que Sánchez quiere llegar a un acuerdo con el PP y englobar el nombramiento de Gabilondo en este puesto con el de la renovación del CGPJ. Entre tanto, el socialista se quedará descansando en su asiento de diputado hasta que llegue el momento de dar el salto a ese puesto que ha ansiado desde hace años. La política no es lo suyo, algo que él mismo reconoce en su círculo interno y que todos los suyos dan por hecho.
Las lecturas del PSOE es que Gabilondo se irá antes de que finalice el año. Todos le respetan, pero lo cierto es que los ánimos en el partido están más con Kamala que con Gabilondo. Hay más de uno que considera que el carácter poco político de Ángel ha erosionado las posibilidades del PSOE y ha dejado al partido hundido frente a una Isabel Díaz Ayuso que ha ganado fuerza en las encuestas hasta el punto de que podría gobernar con Vox en calidad de mayoría absoluta.
El problema que nace de esta salida es que hay un puñado de diputados que tendrían las horas contadas, los pocos que vinieron al PSOE de la mano de Gabilondo. Aún así, el propio Ángel no tiene ningún control sobre los movimientos políticos que ha habido en la formación socialista desde que se convocaron elecciones. Sánchez ha leído que estos comicios son importantes y ha tomado el control de forma opaca de la campaña y de las listas.
EL PLAN REDONDO
En el PSOE todos daban por hecho en enero de este año que Gabilondo estaba de salida. Nadie lo dudaba. Querían «agradecerle» los servicios prestados, pero sabían que no era el perfil con el contaban desde Ferraz. Mientras Gabilondo se aburría al frente del PSOE de Madrid, había otros perfiles que nunca quitaron la vista de la candidatura, entre ellos el Delegado del Gobierno en Madrid, José Manuel Franco, o la senadora Pilar Llop. Pero nadie contaba con «Kamala Jalloul».
En el momento en el que Ayuso convocó elecciones había tres opciones: o traer el golpe de efecto de la ministra de Defensa, Margarita Robles, como primera en la lista del PSOE a las elecciones de la Comunidad de Madrid, buscar un tercer perfil bajo o mantener a Gabilondo. Aparentemente, el PSOE ha optado por lo último, pero las fuentes del partido apuntan a que en realidad Iván Redondo se ha hecho con el control de la candidatura para imponer un plan intermedio que busca mantener a Gabilondo junto con un perfil político fuerte que cuente con la confianza de los aristogatos socialistas justo por debajo. Y esa es «Kamala» Jalloul.
En este caso, la número dos de las listas no tiene ni siquiera que afilar los cuchillos porque Gabilondo está agotado de que incluso Redondo se ría de él imponiéndole una campaña en la que explota su carácter «soso» para ganar algún que otro voto simplemente por simpatía. El plan de Iván Redondo contemplaba mantener (y quemar) al actual candidato y dejarle la puerta de salida abierta para que alguien de su confianza se hiciera con las riendas.