La guerra civil ha vuelto a Podemos. Al vicepresidente del Gobierno y líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, le crecen los enanos. Ya le costó suficiente librarse de Íñigo Errejón, Tania Sánchez y todos los díscolos de la formación morada entonces, pero es que ahora hay una nueva facción que se prepara para asaltar los cielos, pero los de Podemos. Lo más curioso de esto es que esta facción antiherederos de Iglesias la ha urdido y representa Irene Montero, su pareja (o ex, según a quién preguntes en el partido) y ministra de Igualdad. Que el vicepresidente designara a la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, como su sucesora natural no gustó nada. Y ahora, los «monteritos» esperan atacar a los partidarios del líder en cuanto se hunda en las elecciones de la Comunidad de Madrid, siempre que pase.
Algunos entendieron el rechazo de Irene Montero a acudir como candidata a fajarse con Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid como la pieza clave de toda esta ruptura interna. Montero no quiso ocupar ese cargo y esto no gustó a Iglesias, que vio una oportunidad de oro para volver a chupar cámara. En cualquier caso, Montero no se ha quedado de brazos cruzados tras la salida del líder de Unidas Podemos. Tiene una buena legión de seguidores que la apoya y que harán cualquier cosa por intentar que sea Irene quien controle el partido una vez Iglesias salga, ya sea como secretaria general de Podemos o en la sombra, al más puro estilo de Tania Sánchez. Pero lo cierto es que no todos comulgan con la elección tomada por Iglesias.
Fuentes del partido apuestan porque la intención que tienen los seguidores de la ministra de Igualdad es esperar a ver el resultado de Iglesias en las elecciones de la Comunidad de Madrid. Todo indica que la formación morada no sacará unos resultados llamativos en la autonomía. De hecho, a penas mejorará un poco los obtenidos por Isabel Serra. Y si Iglesias obtiene un resultado pésimo en la Comunidad de Madrid, Irene Montero hará sonar el cuerno de guerra para que los «monteritos» inicien una opa para acabar con todo atisbo de herencia de Iglesias.
El vicepresidente ha tomado una decisión arriesgada y que es probable que no le salga todo lo bien que ha querido, dadas las encuestas electorales y los sondeos publicados. Algunas fuentes consultadas aseguran que la ha tomado única y exclusivamente por «jugar» y por seguir en la «bronca permanente», no porque tenga una estrategia más elaborada que vaya más allá de el mero hecho de ir a la contienda electoral en unas elecciones anticipadas que han sido recibidas con un buen altavoz. En cualquier caso, Iglesias tiene una legión de enemigos agazapados que pretenden urdir una lista alternativa a la de Yolanda Díaz con la esperanza de que se dé un vuelco al continuismo con la línea impuesta por el vicepresidente segundo del Gobierno.
Al igual que pasó con Errejón, Irene Montero está buscando aliados dentro del partido para elaborar una dirección alternativa a lo que Díaz vaya a llevar a cabo. Lo que dicen las fuentes es que no necesariamente será Irene Montero quien lidere dicha lista, sino que puede ser otra persona que cuente con la total confianza de la ministra de Igualdad. O controlar la formación morada en directo o en la sombra, pero controlarla al fin y al cabo. Otra de las cosas que aseguran desde el entorno de Montero es que esa persona será mujer sí o sí, como no puede ser de otra manera.
El gran problema que tiene Montero ahora mismo es doble, a juicio de su entorno. El primero, que ella está muy estigmatizada por su labor al frente de Igualdad y muy marcada por un feminismo que no comparte con unanimidad todo el partido; y el segundo es el hecho de que sea la pareja (o ex) de Iglesias suscitaría más de una duda dentro de Podemos. Todo esto no la convierte en la candidata ideal, pues traería más críticas internas que soluciones. Pero aún así, todo depende de que Iglesias fracase. Mientras tanto, Montero esperará.
La mayoría de los integrantes de la formación morada evitan entrar en el debate sobre el por qué Iglesias y Montero ahora no se llevan bien. Es vox pópuli que la relación de la pareja más conocida de la política española no pasa por su mejor momento, pero nadie quiere entrar en temas personales e íntimos. Aunque «parece evidente», es cierto que desde que estalló la pandemia Iglesias y Montero han distanciado sus posiciones a lo largo de casi un año y medio y esto ha derivado en un mensaje de Iglesias asegurando que la heredera más capaz para llevar el control de Unidas Podemos es Yolanda Díaz.
IGLESIAS, INTOCABLE
Podemos celebrará este sábado de forma telemática su Consejo Ciudadano Estatal (CCE), que analizará la situación política y arropará a su líder y futuro candidato a la Comunidad de Madrid, Pablo Iglesias, quien abrirá el encuentro.
La cita se produce a escasos días de que Iglesias deje el Ejecutivo para centrarse en los comicios madrileños y una vez que también ha formalizado su renuncia a su escaño en el Congreso.
La formación morada sigue volcada en precampaña después de que el pasado domingo celebrara un acto centrado en la situación del acceso a la vivienda. Precisamente la regulación del precio del alquiler y la nueva Ley de Vivienda, que negocia con el PSOE, es uno de los elementos centrales que ha abanderado.
Además, la reunión del Consejo Ciudadano Estatal se produce en la fase final de las primarias internas de la formación para elegir a sus candidatos a los comicios madrileños. Ese sábado concluyen las votaciones y el 28 de proclaman las listas.
La lista de Iglesias cuenta como número dos con la actual portavoz parlamentaria del partido, Isa Serra, como número tres con el coordinador regional de Podemos Jesús Santos, y como número cuatro con la exdiputada regional y actual directora del Instituto de las Mujeres, Beatriz Gimeno.