Suma y sigue el movimiento contra el machismo del Ministerio de Igualdad que dirige Irene Montero. Esta vez a través de uno de sus organismos asociados: el Instituto de la Mujer. Con motivo del 8M, desde esta institución al frente de la cual está la polémica Beatriz Gimeno, se ha organizado para hoy, jueves 25 de marzo, una charla de tintes feministas para abordar, desde la perspectiva de género tan en boga en esta área, el papel de las mujeres en la Prehistoria. El objetivo de dichas charlas, en las que van a participar mujeres, y sólo mujeres, de diversos centros investigadores de gran prestigio internacional, es explicar que el papel de la mujer en la Prehistoria no ha sido pasivo como dicen las feministas.
Según la organización, hasta ahora el 90% del registro fósil se atribuye al hombre, sin tener en cuanta a las mujeres. Aunque resulte llamativo ahora, en plena crisis económica, lo cierto es que la arqueología pro-feminismo es una tradición que viene de largo. No son pocas las arqueólogas e investigadoras que han centrado sus estudios en la mujer en las sociedades antiguas. El punto de partida, como apunta la charla de las acólitas de Irene Montero, es único: se ha ocultado o minimizado el papel de la mujer en las sociedades prehistóricas.
LA MUJER EN LA PREHISTORIA, LA NUEVA PREOCUPACIÓN DE IRENE MONTERO
¿Diosas? ¿Guerreras? ¿Sanadoras? ¿Líderes? Estas son algunas de las incógnitas que de momento el estudio de los restos de las sociedades prehistóricas no han sabido resolver. La presencia de mujeres en los yacimientos es continua, pero sin establecer una correlación entre patriarcado, palabra fetiche para el ministerio de Irene Montero, y una hipotética sociedad igualitaria.
Por ahora, lo que sí coinciden en señalar los arqueólogos es que el cambio social hacia se produjo en el Neolítico, con la aparición de los conceptos de posesión. Sin embargo, es importante destacar que en todos los hallazgos asociados a tiempos prehistóricos, existe ya un concepto de propiedad e identificación de objetos a los homínidos con los que se ha encontrado. Especialmente en tumbas o espacios de gran concentración de cuerpos, como en el caso de la Sima de los Huesos en Atapuerca. Precisamente de este gran yacimiento hay una participante en la charla del centro asociado al ministerio de Igualdad de Irene Montero.
Asimismo, no hay que olvidar que en el diverso arte prehistórico hallado hasta el momento, existen más de 200 representaciones de mujeres. Son las conocidas como ‘Venus’, en alusión a la mitología griega posterior. ¿Qué implica que se hayan encontrado estas figuras femeninas con mayor profusión que las masculinas? Los investigadores no pueden establecer una correlación entre estos restos y la estructura social que imperaba en estas culturas. Lo que sí es evidente es que la figura femenina no estaba sometida sino que se idealizaba.
Los restos de arte rupestre posteriores a estas primeras representaciones también han evidenciado que el arte era equitativo entre ambos sexos, incluso con cierta predominancia femenina. ¿Por qué entonces focalizar la charla sobre el feminismo y en contra del patriarcado? Habrá que esperar a ver la jornada organizada por el Instituto de la Mujer para confirmar este aspecto.
CULTURAS CON LA MUJER ROMPIENDO LOS ESTEREOTIPOS DEL FEMINISMO CONTRA EL PATRIARCADO
¿Qué demuestran los hallazgos arqueológicos respecto a ese patriarcado que tratan de demostrar desde la arqueología con perspectiva de género? Repasemos algunos de los hitos arqueológicos que ayudarían a comprender esta ‘obsesión’ por poner en el centro de todo a la mujer, fomentada por Irene Montero desde su cartera en el ministerio.
En los Andes peruanos, en 2018 se encontró la tumba de un joven con sus armas. Los análisis de los restos óseos demuestran que era una mujer cazadora. Si bien es cierto que la tradición investigadora ha tendido a identificar caza con grupos de hombres, las evidencias en otros 27 enterramientos demostrarían que la mujer y el hombre en la antigüedad vivían en sociedades más igualitarias.
Su objetivo no era sino la supervivencia del grupo. Cada cual aportaba allí donde más podía ayudar. Independientemente del sexo. Es más, incluso en tareas como el cuidado de los más débiles, era el grupo quien se encargaba de estos miembros para que pudieran sobrevivir, no explícitamente las mujeres. Y de esto hay también evidencias en los yacimientos arqueológicos.
Incluso en sociedades históricas más ‘actuales’ existen líneas de investigación que apuntan a la mujer como otorgadora simbólica del poder. Por ejemplo, en las culturas egipcias o en la tradición mitológica griega.
EL MATRIARCADO, UN CONCEPTO ASOCIADO A LO MITOLÓGICO Y LOS RELATOS CLÁSICOS
Precisamente de los clásicos y la mitología nace esta idea de confrontación entre el patriarcado y el matriarcado que tanto remarcan desde el Ministerio de Igualdad Irene Montero y su equipo. Por ejemplo, en España, hay una corriente que considera a los pueblos del norte de la península, y especialmente a los cántabros, como sociedades matriarcales. Pero se guía para ello del testimonio de Estrabón (3, 4, 18): «Por ejemplo entre los cántabros los hombres dan la dote a las mujeres, las hijas son las que heredan y buscan mujer para sus hermanos; esto parece ser una especie de ginecocracia (dominio de las mujeres), régimen que no es ciertamente civilizado».
En el ámbito mediterráneo también se habla de las culturas etruscas o la idealizada cultura de la isla de Lesbos. Sí existen restos y hallazgos arqueológicos que han demostrado que en determinados momentos culturas como los egipcios fueron liderados por mujeres. Antes incluso que Cleopatra. Sin embargo, la charla organizada por el equipo de confianza de Irene Montero apunta hacia la visión del patriarcado como limitante del papel de la mujer en la historia. Una corriente que genera una gran profusión de investigaciones y literatura.