Conocer si una relación es o no tóxica no siempre es sencillo, pero sí muy importante. Las primeras etapas suelen ser una fantasía de enamoramiento que nos puede confundir. Normalmente, tiene que pasar un tiempo prudencial hasta que se comiencen a dar las primeras señales que indicarán si nos encontramos en un entorno saludable. Como decimos, esto puede ser bastante complicado.
Sin embargo, con el objetivo de preservar tanto nuestra salud física como psicológica, es determinante saber los signos para poder actuar y estar alerta en caso de ser necesario. Una de las cosas que tenemos que conocer es que este tipo de relaciones no solo aparecen con la pareja, sino que también pueden darse en otros ámbitos como en el de la amistad o el entorno profesional.
Si tienes dudas, esto te interesa. Descubre cuáles son las claves para saber si tu relación es tóxica.
Bromas y críticas hacia tus amigos, claves en una relación tóxica
Tan acostumbrados a verlo en entornos como el televisivo, es difícil saber si una relación es o no tóxica. Sin embargo, sí podemos estar atentos ante pequeños signos que son los que marcarán las diferencias. Un ejemplo de ello lo encontramos en las bromas de mal gusto que puede hacer nuestra pareja, un amigo o cualquier otra persona de nuestro entorno.
No a todo el mundo le sientan bien las bromas y esto es algo a tener en cuenta para cultivar relaciones sanas sin luchas de poder. En las relaciones calificadas como tóxicas, suele suceder que uno de los miembros aproveche su superioridad moral con el objetivo de realizar comentarios que pueden herir a la otra parte. Eso sí, saben bien cómo camuflarlos en forma de broma. Si la otra persona indica que esos comentarios le sientan mal, el argumento más utilizado es que es demasiado sensible. Como si eso fuera algo malo.
Es decir, la culpa no es suya. No obstante, si seguimos permitiendo esto y que aminore nuestra autoestima, la cosa solo irá a peor. Otra de las señales que debemos tener en cuenta es que esa persona aproveche nuestra indulgencia para criticar de forma suave o severa, a amigos familiares o cualquier otro miembro de nuestro entorno. El objetivo final es aislarnos de cualquier otro círculo, ya que consideran que solo debemos estar a su lado. Este tipo de comportamiento nunca lleva a nada bueno.
Control y victimismo, otros de los signos que debemos tener en cuenta
Un síntoma que puede parecer evidente es el del control. Sin embargo, debemos saber que las cosas se ven distintas estando fuera y dentro de una relación. Las personas calificadas como tóxicas aprovechan las debilidades del otro de forma sutil pero efectiva. Esta es la razón por la que, de forma normal, es muy complicado si están ejerciendo cualquier tipo de control sobre nosotros a través de nuestra mente.
Y es que, además, las formas de ejercer el control en una relación pueden ser muy dispares. Puede empezar con un ligero comentario o pregunta sobre dónde y con quién estás hasta terminar por conocer las contraseñas de tus redes para saber en todo momento con quién hablas. Esta es una de las primeras señales que aparecen y, por este motivo, debe ser una de las que primero sepamos identificar. Para no dejar que la otra persona termine teniendo un control absoluto sobre nosotros, tenemos que frenar desde el principio este tipo de comportamientos anormales.
Una de las características de las personas tóxicas es que siempre desean ser los protagonistas de todo. Por eso, cuando algo sale mal o nos enfrentamos a ellos, el argumento más empleado es el victimismo, con el fin de hacernos sentir mal y, de este modo, darle la vuelta a la tortilla. Si cada vez que nos referimos a una situación negativa la otra parte hace el papel de víctima y te hace sentir culpable, es el momento de huir. Tú no eres el responsable de los problemas de otros.
Celos, rencor y pasotismo, las alarmas rojas de una relación tóxica
Uno de los problemas contra los que debemos luchar como sociedad y que dan pie a comportamientos tóxicos en una relación es el mito del amor romántico. Este es el principal culpable de que continuemos pensando que los celos son solo una forma de demostrar cariño y amor hacia la otra persona cuando, en realidad, son solo una muestra de miedo, desconfianza e inseguridad.
Saber frenar los celos es importante, pero también conocer el comportamiento de nuestra pareja y la reacción que tiene ante determinadas situaciones que no le gustan. Por ejemplo, si habéis discutido y siempre salen temas a relucir de discusiones anteriores, es señal de un comportamiento rencoroso que no puede darse en relaciones saludables. Si siempre se guarda algo bajo la manga para echártelo en cara, también es el momento de echarte a un lado.
El perdón de mentira también es otro signo de que estamos en una relación con una persona tóxica. Cuando la otra parte se disculpa si decimos que algo nos ha sentado mal, pero sabemos que en el fondo no se arrepiente, estamos ante un síntoma claro de relación poco saludable. Por otro lado, debemos tener en cuenta que las personas de esta forma no se esfuerzan en agradar a otros. Tampoco destacan por querer sorprender a la otra parte ni darle cariño de forma desinteresada. Estas señales irán apareciendo conforme la relación vaya avanzando en el tiempo.
Discusiones constantes y anulación, señales de alarma para huir
Las discusiones aparecen en todo tipo de relación. La convivencia, los problemas del día a día, puntos de vista distintos… Pueden hacer que dos personas choquen. Sin embargo, hay formas de llevarlas que distan mucho de comportamientos tóxicos. En caso de que estas se hayan convertido en el día a día de tu relación, es el momento de estar alerta. Si hay insultos, gritos o agresividad, ese no es tu lugar.
Otro de los síntomas de que estamos en el sitio equivocado pasa, de nuevo, por saber observar la actitud de la otra persona hacia cualquier cosa. Por ejemplo, las personas tóxicas suelen castigar con el silencio cuando algo no les parece bien o se enfadan. Este comportamiento pasivo-agresivo no debe tener lugar en una relación sana.
Por otra parte, el narcisismo es otra de las características más abundantes en las personas tóxicas. No les gusta que les lleven la contraria y, si para conseguir tener la razón deben quitarte a ti autoridad, no dudarán en hacerlo. Este narcisismo hace que busquen en todo momento el reconocimiento de los demás o ser el centro de atención estén donde estén. La falta de empatía, por ejemplo, es uno de los síntomas claves de que lo vuestro no va a ningún lado.