Cuando comenzamos una relación, esos primeros momentos de pasión parece que nunca van a volver. Es normal que, en los primeros meses, sobre todo mientras se está desarrollando la fase de enamoramiento, no podamos despegarnos de nuestra pareja. Queremos sentirla cerca de forma espontánea, lo que da lugar a un número mayor de relaciones sexuales que durante el resto de la relación.
Conforme el tiempo va avanzando y las relaciones se van asentando, van apareciendo también problemas como la vida rutinaria y las obligaciones. Estas, en muchos momentos, consiguen que ese fervor erótico del principio se vaya disipando. Pero esto tiene solución. Cada relación va pasando por diferentes etapas y debemos irlas viviendo todas para no caer en la desilusión.
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La pasión se recupera con más pasión
A pesar de que las relaciones, al igual que la vida, van de etapas, lo cierto es que el sexo es un pilar fundamental en la mayoría de ellas. Por eso, si notas cómo la pasión ha ido disminuyendo con el paso del tiempo, uno de los primeros pasos que debes dar es recuperarla a través de la creación de más pasión. Es decir, buscar un momento a solas con tu pareja donde recuperar todo lo que teníais al principio.
Todo puede comenzar con un cruce de miradas y otros comportamientos llenos de complicidad. También a través de conversaciones intensas y fluidas que demuestren que ambos seguís sintiendo esa conexión tan fuerte que ha ido desapareciendo debido a la rutina del día a día. Que hayan disminuido prácticas como el coito no quiere decir que la pasión haya desaparecido por completo. Una buena forma de volver a recuperar esa ilusión es mantener relaciones de forma habitual.
Cuantas más relaciones vayamos recuperando, también ocurrirá eso mismo con nuestro deseo sexual. También sucede a la inversa. Es decir, cuando disminuimos la frecuencia debido a los problemas del día a día, el deseo sexual también va bajando poco a poco, por lo que es normal que nos sintamos con menos ganas. Tener intimidad con la pareja nos ayudará a reactivarnos, y nuestro cuerpo producirá más hormonas sexuales, queriendo recuperar la frecuencia anterior.
La conexión con la pareja siempre debe ser lo más importante
¿Sabías que las parejas que tienen relaciones sexuales al menos una vez a la semana son mucho más felices? Así lo demostró un estudio que estuvo investigando a algunas personas para demostrar que, a pesar de que una frecuencia sexual alta se relaciona con una felicidad mayor, lo cierto es que basta tan solo una vez semanal para que la actitud de los miembros cambie por completo.
De acuerdo a las palabras de la investigadora principal, es importante mantener una relación íntima en pareja. Sin embargo, tampoco es necesario hacerlo todos los días y a todas horas. Lo más importante, no obstante, es mantener la conexión que nos une desde el principio y que es la que da lugar a la pasión. Por eso, la comunicación también es clave en esto.
Sin tener en cuenta cuántas veces mantenemos intimidad con la otra persona a la semana, siempre es bueno saber si nuestro compañero está a gusto con la misma. Y viceversa. Es decir, debemos hablar de forma clara sobre cómo nos sentimos y si estamos a gusto con la frecuencia, ya que es clave a la hora de preservar la conexión íntima. Además, tampoco está de más recordar que, en cuestiones de sexo, no existe algo considerado como normal. Una pareja se puede sentir bien manteniendo una relación sexual a la semana y, otra, prefiere hacerlo todos los días o menos.
Variar, un punto clave para no dejar morir la pasión
Llega un punto en todas las relaciones en el que el sexo se puede convertir también en algo rutinario. De hecho, muchas parejas no desean mantener las mismas relaciones sexuales de siempre pero sí estarían dispuestas a innovar con otro tipo de prácticas. Cuando hacemos lo mismo durante todo el tiempo, tendemos a perder la motivación. Sin embargo, el ver que podemos innovar, volverá a despertar el interés.
Si variamos la frecuencia y el tipo de prácticas, nuestra vida íntima se volverá mucho más emocionante. La pareja que deja de tener sexo de forma automática, cuenta en el fondo con problemas diversos como que lo ven rutinario, predecible e incluso aburrido. Por eso, una buena forma de recuperar la pasión es añadir emoción al asunto y también volvernos un poco más misteriosos, volviendo los encuentros más divertidos.
Podemos comenzar planeando una cita solo para los dos, dejando fuera todos los problemas, y volver a conectar como al principio. Tomar una buena cena, cerrar con una copa y dar rienda suelta a la imaginación. Además, si hablamos de sexo más a menudo, también podremos impulsar ese deseo dormido. En todo momento, tenemos que sentirnos cómodos y dispuestos a poner todo de nuestra parte para disfrutar y que la otra persona disfrute con nosotros.
Si nos percatamos de un problema, hay que hablar con la pareja
Si creemos que hemos perdido la pasión o que esta ha disminuido y se está convirtiendo en un problema, debemos hablarlo con nuestra pareja. Puede que abordar el tema nos resulte algo vergonzoso, pero es necesario conocer qué sucede para actuar y que no vaya más. En muchas ocasiones, puede ser buena idea acudir a un terapeuta o a un profesional para obtener todos sus beneficios.
Cuando algo anómalo sucede, es necesario que los miembros de la pareja tengan la fortaleza de plantarle cara. Así, hay que comenzar hablando entre los dos para cuestionarse qué puede ocurrir e intentar llegar al fondo del problema. En todo momento, el consejo ideal es hablar.
Hay parejas que son capaces de darse cuenta y de hablarlo por su cuenta, llegando a una solución. Sin embargo, para otras, este proceso no será tan sencillo. Una buena forma de recuperar la pasión sabiendo los problemas de fondo por los que ha podido ir disminuyendo, es hacernos caso de un profesional que pueda valorar, de primera mano, nuestro caso concreto.