Los huevos fritos son una receta aparentemente sencilla y muy recurrente, porque a todo el mundo le gustan y se preparan en cuestión de minutos. Hacer un huevo frito es fácil, pero hacer un huevo frito perfecto, no lo es tanto. ¿Qué entendemos por huevo frito perfecto? Pues uno de esos en el que la yema está en su punto para untar con pan, y la clara consistente, con una puntilla crujiente alrededor, pero sin resultar demasiado aceitoso. Para conseguir un resultado así, es necesario perfeccionar la técnica siguiendo algunos trucos que nos pueden ayudar a conseguir la mejor versión de este plato.
5LA PUNTILLA DEL HUEVO FRITO
En los detalles está la diferencia entre afición y maestría, y este es el momento de demostrar que podemos hacer el huevo frito perfecto. Incluso al gusto de cada comensal. La puntilla es una de las partes preferidas de muchos, y es ese tostado que aparece alrededor de la clara, al freírla. El truco para conseguirla es esperar a que el aceite esté lo suficientemente caliente (los 120º que comentábamos antes), y después solo hay que verter el huevo y dejar que se forme. Mientras se cocina, con ayuda de la espumadera podemos ir echando aceite por encima de la clara para que cuaje. Algunas personas prefieren el huevo frito totalmente liso, sin puntilla y sin esas burbujas que se forman al freírse. Para hacerlo de esta manera simplemente hay que dejar el huevo quieto, tal cual cae en la sartén. Solamente se utiliza la espumadera para retirarlo una vez que haya cuajado. La sal, siempre al final.