Aunque sea una de las que menos se comenta, la violencia que ejerce el cibercontrol en la pareja ha ascendido un 40 por ciento en los últimos años. Se da, sobre todo, en adolescentes y su arma principal es el teléfono móvil, cosa que ya todos tenemos. Este es empleado como un instrumento de dominación, vigilancia e incluso abuso psicológico. Por ello, es tan importante evitarlo, cosa que se puede conseguir a través de la educación y tomando algunas medidas preventivas.
Este hecho es algo nuevo a lo que nos tenemos que enfrentar. Por eso, es necesario que toda la sociedad colabora en erradicarlo. Las áreas educativas deben ser conscientes de ello, así como las personas individuales. A pesar de ser novedoso, no deja de ser otra forma de maltrato que ha conseguido instaurarse entre los más jóvenes teniendo, en ocasiones, consecuencias fatales.
Si necesitas ayuda y te sientes espiado, descubre cómo debes evitar el cibercontrol de tu pareja.
El amor de tu pareja se basa en la confianza, no el control
Como hemos dicho al principio, el cibercontrol se da sobre todo en parejas adolescentes. De hecho, este es uno de los problemas principales ante los que nos tenemos que enfrentar. Y es que, a estas edades, la sociedad ha conseguido reflejar una idea sobre las relaciones de pareja que no se ajustan a la realidad. Es por eso tan importante educar sobre ello.
En las áreas e instituciones educativas, así como en las familias, se deben elaborar programas que hablen sobre qué es el amor saludable y cuáles son las claves que lo definen, desterrando por completo las relaciones tóxicas. Es cada vez más necesario atacar la idea de la supremacía de uno sobre otro y de que debemos dejar nuestras contraseñas para demostrar confianza.
Hacer esto no es demostrar confianza, sino control. Por eso, tanto los adolescentes como los jóvenes deben entender qué es confiar en otra persona, evitando cualquier pensamiento o acción relativos a la represión o al sufrimiento. Porque, no, si te hace sufrir, esa relación no es para ti.
Evitar el cibercontrol es importante para valorarse a uno mismo
Existen muchas actitudes de represión que comienzan sin que apenas nos demos cuenta. Evitar el cibercontrol es importante pero también es complicado, por lo que debemos estar atentos ante cualquier señal que nos indique que esto se pueda estar produciendo.
Todo el problema puede comenzar con algo tan simple como que tu pareja espere que le respondas de inmediato en cuanto te habla, pensando que siempre debes estar disponible. Poco a poco, la cosa se irá agravando, y puede que termine enfadándose o incluso insultándote cuando ve que estás conectado y no estáis hablando.
Una simple foto en Instagram también puede desatar un problema, hasta terminar por pedirte el móvil y exigir que se lo des cuando eso suceda. Todo esto solo son algunas formas de cibecontrol, pero no son las únicas. Si queremos evitarlo, debemos reproducir un mantra en nuestra cabeza: Donde te sientas mal, no es el lugar indicado. Eso no es amor.
Tu móvil es tuyo, no de tu pareja
El móvil, uno de los aparatos más útiles que usamos en los últimos tiempos, también ha conseguido convertirse en una de las armas más potentes en cuanto al cibercontrol. Por eso, si queremos evitar que este suceda, lo mejor es huir de ponérselo fácil a nuestra pareja y, en ningún momento, darle nuestras contraseñas o códigos. Al igual que con las redes sociales.
Que queramos mucho a una persona no quiere decir que esta deba tener ningún tipo de control sobre algo tan personal como es nuestro teléfono móvil. Nuestra pareja no debe leer las conversaciones que mantenemos con otras personas, ni tampoco esperar o exigir que bloqueemos a aquellas con las que no desea que tengamos relación. Los adolescentes y jóvenes pueden ser más fáciles de persuadir con respecto a esto, por lo que es donde debemos colocar el foco del problema, siempre que la intención sea acabar con el mismo de una vez por todas.
Una de las cosas que debemos tener claras, además de que el sufrimiento en ningún caso es amor, es que nuestro teléfono móvil solo nos pertenece a nosotros, así como el uso que le damos. Esto entra dentro de nuestro ámbito privado, forma parte de nuestra intimidad. Esto es algo que nunca debemos dejar a merced de terceras personas, ya que es algo nuestro y solo nuestro. Para evitar ese acoso, lo mejor es no proveer a la otra persona de armas que le faciliten el trabajo.
Pedir ayuda, una solución contra el cibercontrol
Aunque es otra de las claves para evitar el cibercontrol de nuestra pareja, no siempre es el paso más sencillo de dar. Hablamos del momento de pedir ayuda. En muchas ocasiones, los adolescentes o las personas más vulnerables terminan normalizando el maltrato psicológico, muy relacionado con este control a través de las herramientas digitales. Muchos piensas que este tipo de prácticas son normales y no de dominación, por lo que pueden pasar meses, incluso años, sin dar ningún paso.
Cuando una persona no sabe o no comprende qué está sucediendo, actuar es muy complicado. Si no reconocemos la violencia, no podemos luchar contra ella. Por eso, es cada vez más necesario que el entorno sí pueda detectar esas señales. Hablamos de personas cercanas, como la familia, los amigos o incluso dentro del entorno educativo. Además, como ya hemos dicho, también es muy importante, saber educar para que las próximas generaciones sí identifiquen el abuso psicológico.
Cuanto más preparados estén los niños, los adolescentes y los jóvenes, antes terminará el cibercontrol de la pareja, pues ellos mismos darán el paso para no consentirlo. Sin embargo, hablamos de algo que no siempre es posible evitar, por lo que también puede ser necesario pedir ayuda para salir de una situación que no esperábamos y que cada vez nos produce más dolor. Debemos pensar que todo se puede solucionar, y eso será más fácil si los adolescentes son capaces de ponerse en manos de un adulto profesional.