El pacto entre Garzón y el PCE contempla que Pablo Iglesias no se inmiscuya en IU

Izquierda Unida celebrará en unos días su XII Asamblea Federal. La coalición enfila sus primarias dando por hecho que Alberto Garzón barrerá a José Antonio García Rubio por el puesto de coordinador federal y que el ministro de Consumo tendrá menos apoyos para aprobar un documento político que implicará la fusión autonómica entre Podemos e IU, que dejarán de unirse solo por elecciones.

Pablo Iglesias ambiciona este pacto para que los cuadros medios de IU ‘pongan orden’ en algunos territorios que son foco de conflicto permanente para Podemos, deseoso de tener menos responsabilidades en provincias.

GARZÓN SE HACE SU ESPACIO

El pacto entre Garzón y el PCE evitó que Enrique Santiago apadrinase una candidatura alternativa al ministro de Consumo que iba a estar liderada por Amanda Meyer. Sin embargo Garzón aceptó un pacto que evidencia la creciente influencia de Pablo Iglesias en Santiago, que se ha convertido en la sombra del vicepresidente segundo del Gobierno en el Congreso.

Con este pacto ‘unitario’ Garzón prácticamente se ‘asegura’ mantener su puesto como coordinador federal, se garantiza que los planes de desguace de IU sigan siendo meras hipótesis y también certifica su permanencia en el Consejo de Ministros.

Eso sí, fuentes cercanas a Izquierda Unida aseguran a MONCLOA.COM que Garzón «ha pedido a Podemos que respete los tiempos del acuerdo y ha pedido a Pablo Iglesias que guarde ciertas distancias con algunos históricos de la coalición, que no ven con naturalidad que IU pierda marca, deje de presentarse a las elecciones autonómicas y municipales, y pase e integrarse en un magma llamado Unidas Podemos (que en casi todos los lugares estará liderado por la formación morada).

OTROS FOCOS DE CONFLICTO

Pablo Iglesias quiere hacer prevalecer su acuerdo programático con el PSOE para evidenciar que Unidas Podemos es síntoma de que la agenda social se pone encima de la mesa del Consejo de Ministros.

El vicepresidente segundo del Gobierno cree que está viviendo su penúltima legislatura como político, en la última intentará mantener cargo si consigue revalidar pacto con Pedro Sánchez, y a partir de entonces podría regresar a la televisión alternativa con espacios como el de entrevistas que firma para el canal de Youtube de Podemos (o gruñir si Yolanda Díaz o la persona que le sustituya en el cargo marca distancias con su hiperliderazgo).

Iglesias, tras salvar con buena nota el match ball catalán, por ahora quiere salvaguardar su estancia en el Consejo de Ministros con dos pases toreros: con la derecha asusta al bloque monárquico para que ciertos sectores del establishment se atemoricen y dejen de presionar para que Podemos salga del Gobierno central. Y con la izquierda coordina que el digital La Última Hora apunte con tino a los prebostes de la comunicación española… con el ánimo de que se asusten y dejen de presionar…

TERRITORIOS

Pablo Iglesias advierte con preocupación la situación en dos autonomías muy importantes para la política estatal: Andalucía y la Comunidad de Madrid. En el sur, Unidas Podemos se ha acercado al PSOE para contribuir a tejer un pacto de progreso el próximo año que no se presume nada fácil porque, según todas las encuestas, el trío de Colón mantendría mayoría en Andalucía.

La formación morada también ha aparcado la marca Adelante Andalucía tras su cruenta guerra contra Anticapitalistas, que en Andalucía cuenta líderes reconocidos y una estructura profesional que prácticamente le garantizará salvar en solitario su presencia en el Parlamento regional de la mano de Teresa Rodríguez.

Otro foco escisional que Iglesias será incapaz es el que se mueve en torno a Más Madrid, que en los últimos días se ha fragmentado a consecuencia de la salida de cuatro concejales ‘carmenistas’ sin una ideología demasiado marcada de los que Podemos «no se fía», señalan fuentes moradas a este medio.

Iglesias cree que Recuperar Madrid camina por vía muerta y que Podemos quizás tendría que integrarse en una lista de concentración coordinada por el PSOE y liderada por algún nombre progresista de prestigio que pueda competir contra Almeida o Ayuso.

¿La intención del vicepresidente? Garantizarse que Podemos recupere su voz en el Ayuntamiento de Madrid y que esta lista bipartita supera tanto en el consistorio como en la Asamblea a Más Madrid, que previsiblemente se desangrará a nivel electoral sin Manuela Carmena e Iñigo Errejón como cabezas de cartel.