A falta apenas de diez días, las formaciones independentistas no han cerrado un acuerdo ni sobre la investidura ni sobre el «nuevo» rumbo que tomará la Generalitat en la nueva legislatura.
Se presupone que ERC, con Pere Aragonés al frente, obtendrá la presidencia del Govern con el apoyo de JxCat y la CUP, pero aún no está claro quiénes serán el vicepresidente y el presidente del Parlament.
Por ahora, los partidos independentistas catalanes escenifican una falsa sensación de unidad en el Congreso de los Diputados. En la Cámara Baja, se han consensuado peticiones e iniciativas de forma conjunta, con ruedas de prensa incluidas. Sin embargo, la foto es muy distinta en Cataluña. Tan sólo han logrado pactar un polémico cordón sanitario al PSC, que a su vez se lo impuso al Partido Popular y ahora pretende hacer lo mismo con Vox. Todo ello, con la actuación de la Fiscalía, que ha presentado una querella por desobediencia contra Roger Torrent y los miembros de Juntos y ERC de la mesa.
Las declaraciones cruzadas y contrarias ponen de manifiesto las puñaladas que se están lanzando unos y otros para mantener firmes sus posturas de cara a la investidura y a la Presidencia del Parlament, tercera autoridad más importante en Cataluña. En estas negociaciones y posteriores puñaladas hay un denominador común: JxCat.
JXCAT, PROTAGONISTA EN TODAS LAS RUPTURAS
La formación liderada por Carles Puigdemont y Laura Borràs ha tenido en los últimos años y meses rupturas traumáticas con ERC, PDeCat, Partit Nacionalista Català (PNC) y la CUP.
Los choques de JxCat con ERC han sido muy sonados desde el 2018. El líder de los republicanos y preso por su actuación en el referéndum del 1-O dio el golpe de la mesa en una dura entrevista al diario Ara y que aún colea entre las filas de la derecha independentista catalana. «Somos los más independentistas de todos, los más republicanos de todos», dijo Oriol Junqueras. «Llevamos 88 años defendiendo la república y somos los más dialogantes de todos. No hemos renunciado nunca a dialogar ni a la república ni a la independencia. Es compatible defenderlo simultáneamente (…) Nosotros éramos independentistas cuando no lo era nadie», continuó.
La dura arenga abrió la brecha aún más con su socio de Gobierno y sólo ha tenido una tímida respuesta durante la campaña electoral. Laura Borràs llegaba a decir que su partido «es más de izquierdas que el PSC«. Entre estas dos formaciones, la relación se ha deteriorado, pero tienen aún objetivos comunes, como la ruptura con el resto de España y mantener el poder a toda costa en la Generalitat.
Los de Junqueras, además, tratarán de cobrar a Puigdemont todas las cesiones realizadas durante las últimas legislaturas para mantener vivos los anteriores pactos. Ahora, ERC lidera al independentismo, pero JxCat no dará su brazo a torcer fácilmente.
Desde el 2017, la presidencia del Parlament ha sido muy criticada por estas dos formaciones. Al frente estaba Roger Torrent, quien no habría hecho lo suficiente para dar los pasos necesarios hacia la República catalana. De hecho, con Torrent al frente del Parlament, Quim Torra perdió su escaño, y tampoco se ha opuesto contra las determinaciones del Tribunal Constitucional.
JXCAT Y LA CUP, POSICIONES ANTAGÓNICAS
JxCat y la CUP tampoco pueden verse las caras, aunque sí han establecido contactos para tratar de desencallar las enquistadas negociaciones. Sin embargo, los antisistema y anticapitalistas han exigido el puesto que tendría JxCat al frente del Parlament.
La presidencia del Parlament deberá ser «dura» con las «ingerencias» del Estado o tribunales, según han apuntado fuentes de ambas formaciones. JxCat busca aún la «confrontación» para mantener la tensión en las filas independentistas, mientras los antisistema han logrado quitar a presidentes.
ERC, por su parte, se decanta por una presidencia de izquierdas en el Parlament, atendiendo a los números obtenidos tras el 14-F, pero los de JXCat prefieren a Elsa Artadi, concejal en el Ayuntamiento de Barcelona.
De nuevo, las bases de la CUP y las imposiciones de éstas serán las que declinen la balanza y, en caso de obtener el sí a la presidencia, abrir una guerra a tumba abierta frente a Puigdemont.
JXCAT Y LAS PURGAS
La ruptura de JxCat con el PDeCat ha tenido dos vertientes muy diferenciadas. Los de Puigdemont, además de quitarles la propiedad de las siglas, llevaron a cabo una gran purga en la Generalitat, especialmente con el cese de Àngels Chacón al frente de la Consejería de Empresa.
El PDeCat, por su parte, contraatacó con una demanda contra JxCat por haberles arrebatado las siglas poco antes de las pasadas elecciones autonómicas. En octubre tendrá lugar el juicio.
Con respecto al Partit Nacionalista Català (PNC), Junts ha cesado a la líder por Tarragona en la Generalitat, Àurea Rodríguez, una técnica experta en innovación empresarial.
La directora de Innovación Empresarial de Acció fue nombrada en el cargo a finales de noviembre del pasado año. Las razones esgrimidas por su cese nada tienen que ver con las verdaderas causas. «La razón de su cese es una decisión política«, según han asegurado fuentes del PNC consultadas por MONCLOA.com.
Rodríguez era la única persona del PNC en puestos de la Generalitat. Su caso es aún más grave porque la plaza ni es eventual ni de confianza, sino que se consigue a través de los méritos y la experiencia dentro del funcionariado. De hecho, la Generalitat, a través de la Consejería de Empresa, revocó el cargo solo dos meses después de acceder al mismo. Un tiempo muy corto para demostrar su valía.
La que fuera líder del PNC por Tarragona tiene 20 años de experiencia en el sector de la innovación y tecnología; y accedió al cargo por razones profesionales. Las mismas fuentes afirman que dada la trayectoria profesional, Rodríguez ha preferido guardar silencio. «Es sorprendente que la hayan destituido el 24 de febrero«, han apuntado las mismas fuentes.