El pasado domingo Meghan Markle anunciaba que estaba esperando a su segundo hijo, que será también el segundo retoño del príncipe Harry y nacerá sobre el mes de junio, un poco antes de ella celebre su 40 cumpleaños. Un fenómeno que cada vez es más frecuente en esta parte del mundo y que podemos ver reflejado en nuestro país con el ejemplo de personalidades como Toñi Moreno, Ana Rosa Quintana, Anne Igartiburu o Gloria Serra.
Todas ellas han sido madres bien entradas en la cuarentena. Según el informe anual del INE, en 2018 dieron a luz más mujeres de 40 que de 27 años. Un número que ha ido creciendo hasta un 63,1% en los últimos 10 años, por lo que podemos hablar de una clara tendencia social. ¿Los motivos para retrasar la maternidad? Son muchos y suelen mezclarse varios factores, desde la falta de estabilidad laboral, hasta el no encontrar a la pareja adecuada. Aunque se hayan implementado reformas como la baja de paternidad, para equilibrar la situación de hombres y mujeres en el mundo laboral, la realidad es que la mujer tiene un problema añadido si quiere crecer profesionalmente y tiene ambiciones en su carrera. En muchos casos la maternidad implica interrumpir la vida laboral o encontrar muchas puertas cerradas, y muchas no desean renunciar a algo que les ha costado media vida conseguir. A esto se le puede añadir el factor de la madurez, que en la actualidad tarda mucho más en llegar. Los jóvenes se emancipan más tarde que nunca, a una edad media en España de 29 años, por lo tanto muchas parejas no se plantean buscar un hijo hasta bien entrados en la treintena.
RIESGOS CROMOSÓMICOS Y BRECHA GENERACIONAL
Hoy día, gracias a los avances en medicina, es posible que mujeres que superan los 45 años puedan llevar a término sus embarazos sin mayor problema, aunque es algo que entraña algunos riesgos. Por eso algunos expertos recomiendan preservar ovocitos antes de llegar a los 35 años, para evitar dificultades posteriores para embarazarse. Según los estudios, los óvulos de mujeres que superan los 40 años tienen más riesgos de alteraciones cromosómicas, además de que la reserva ovárica ha disminuido. En los hombres, el volumen eyaculado es menor, y la movilidad de los espermatozoides puede ser insuficiente para la concepción, además de posibles alteraciones cromosómicas.
Los psicólogos también apuntan a diferencias entre la crianza y la educación de madres y padres de 20 años, y aquellos de 40. La diferencia generacional es más grande, aunque no insalvable, pero si repercute en las relaciones. Cuando la edad se retrasa en exceso y se presentan dificultades, el hecho de que los hijos sean muy deseados puede dar lugar un exceso de sobreprotección que tendrá consecuencias sobre la personalidad de los hijos. Por otra parte, puede provocar que esos niños no puedan disfrutar de una infancia sin preocupaciones y se vean obligados a madurar antes, ya que algunas de sus experiencias vitales naturales se irán adelantando.
Sea como sea, la precariedad y la desigualdad son los factores principales que han provocado que muchas parejas tengan su primer hijo casi a una edad en la que tradicionalmente deberían ser abuelos. Incluso en el caso de Meghan Markle.