Unos 300 estudiantes se han manifestado este viernes sin incidentes por el centro de Barcelona contra el encarcelamiento del rapero Pablo Hasel, en el marco de una jornada de huelga universitaria.
La marcha, convocada por el Sindicat d’Estudiants dels Països Catalans (SEPC) ha arrancado en plaza Universitat, y ha recorrido varias calles de la capital catalana, custodiada por varios furgones de los Mossos d’Esquadra.
La protesta ha empezado con la irrupción de medio centenar de estudiantes en las oficinas de vicerrectorados y en los claustros del Edificio Histórico de la Universitat de Barcelona (UB), donde han encendido bengalas y han leído un manifiesto.
En el recorrido de la manifestación por Barcelona, se han detenido ante la Jefatura Superior de Policía donde han arrojado petardos y botes de humo, y, finalmente, ante el rectorado de la Universitat Pompeu Fabra (UPF).
En este último lugar, se ha dirigido a los manifestantes el militante Marcel Vivet –que irá a juicio la semana que viene acusado de desórdenes públicos, atentado a la autoridad y lesiones por una manifestación en 2018–: «La represión y el fascismo tienen muchas caras y colores, aquí detrás está vestido de negro y uniformado», ha dicho, en referencia a los agentes de los Mossos que protegían el edificio.
A su vez, una portavoz del movimiento en favor de Adrià Carrasco –quien volvió de Bélgica el pasado enero al archivarse la causa por terrorismo que tenía abierta– ha calificado el encarcelamiento de Hasel de «secuestro».
Ha destacado que «la injusticia española, después de años de práctica, sigue utilizando las acusaciones de terrorismo para desmovilizar las calles y destrozar vidas enteras».
La portavoz del SEPC, Anna Clua, ha pedido en declaraciones a los medios un posicionamiento «firme» de los rectores a favor de la amnistía de Hasel y los líderes independentistas, así como de la liberación de los detenidos por las protestas y a favor de prohibir los proyectiles de foam.
Clua ha calificado de «insuficiente» el comunicado en que la Asociación Catalana de Universidades Públicas (ACUP) afirmó que la libertad de expresión está seriamente amenazada pero rechazó la violencia en las protestas.