Ya nos habíamos dado cuenta antes pero, con el confinamiento y la pandemia ocasionada por la COVID-19, lo cierto es que ahora conocemos mucho mejor la importancia que tienen pequeños detalles en nuestra vida diaria. Antes de que nos diera por adquirir todo tipo de utensilios para elaborar pasteles, una de las cosas que más compramos en el supermercado el pasado año fue cerveza.
El alcohol nos hace sentir mejor, más alegres y, por supuesto, más cercanos a los bares, que en muchos lugares continúan cerrados. Sin embargo, este falso amigo puede ocasionar varias consecuencias sobre las que nos paramos poco tiempo a pensar y que se encuentran estrechamente relacionadas con nuestra salud.
Sí, todos debemos estar alerta. Esto es lo que te puede pasar si tomas cerveza con demasiada frecuencia.
3La cerveza puede irritar el tracto digestivo
La sensación de hinchazón que genera el consumo excesivo o frecuente de cerveza cuenta con consecuencias directas en el tracto digestivo, que sufrirá determinadas irritaciones. Cuando consumimos este tipo de bebida, obligamos al estómago a generar más ácido de lo que se estipula como habitual. Esto terminará inflamando las paredes de los intestinos.
Aunque si el consumo no es excesivo y solo lo hacemos de vez en cuando no tiene por qué repercutir de forma negativa en nuestra salud a largo plazo, si la práctica se vuelve habitual sí podría tener consecuencias nefastas, como derivar en una gastritis dentro de un tiempo. En caso de no querer sufrir estos problemas, tan fáciles de evitar, es mejor que aboguemos por un consumo muy moderado o incluso por eliminar las bebidas alcohólicas de nuestro estilo de vida.
Por otra parte, otra de las consecuencias que podemos ver estrechamente relacionada con el consumo de cerveza es la alteración de nuestro ciclo habitual de sueño. Al contrario de lo que pudiéramos pensar, esto sí puede perjudicar de forma grave a la salud. En caso de que bebamos justo antes de ir a la cama, la calidad del sueño será ínfima.
