“Si consigues alcanzar un campanario. Subido en veinte sillas a la vez. Si puedes navegar en un zapato”. Si te has puesto a cantar esta sintonía, sin duda, sabes que estamos hablando de Qué Apostamos. Un programa mítico de la televisión española que se ha convertido en todo un icono para una generación. Presentado por Ramón García y Ana Obregón, un dúo perfecto, sus recuerdos forman parte ya de la historia de muchas personas.
El concurso era muy básico. Las personas llegaban con un reto. Podría ser cualquiera. Conocer todas las banderas del mundo, abrir un botellín de cerveza con una excavadora o ponerse mil pinzas en la cara. Los famosos decidían si lo podía hacer o no. Y finalmente ganaba el reto que más había llamado la atención entre el público. Sin embargo, este programa era mucho más, de ahí que tengamos muchos recuerdos.
3La ducha de Ana Obregón y Ramón García
Sin embargo, como te decimos Qué Apostamos fue algo más que un programa, fue una forma de hacer televisión diferente donde se logró reunir a toda la familia para ver pruebas de talento. Algo que en la TV actual apenas existe salvo en programas de Antena 3. Por eso, hay muchos recuerdos que forman parte de nuestra vida.
Uno de los más recordados es cuando Ana Obregón y Ramón García se tenían que duchar. Cuando se revelaba si la apuesta del público había sido superada o no por el programa. El apostante tenía que someterse a una ducha en directo si la fallaba. Por el contrario, si no, era uno de los presentadores o de los invitados el que recibía el castigo. Esta era una de las partes más populares del programa. Y es que hemos vivido momentos épicos. Las escenas de Anita demuestran que sigue tan sexy como nunca.