Se llama Luis Mariano González, es un alto cargo del Ministerio de Transición Ecológica y parece que no atina con sus proyectos. Luis Mariano se ha hecho famoso entre la comunidad conservacionista por dejarse llevar por su espíritu animalista para después ser poco práctico. Si no, que se lo pregunten a los que se han visto inmersos en un proyecto para salvar el urogallo, una especie de ave en peligro de extinción, al que el Gobierno ha dedicado millones y millones de euros para que apenas se haya notado un impacto en el número de ejemplares. Pues bien, si el proyecto LIFE+ del urogallo cantábrico, que se llevó a cabo entre 2010 y 2016, costó casi siete millones sin resultados, Luis Mariano se ha empeñado en volver intentarlo dedicando otros 4,3 millones públicos (y en plena pandemia). Todo para que el mejor resultado obtenido hasta la fecha por el proyecto de Luis Mariano sea sacar un pollo cada diez huevos.
Luis Mariano es el jefe del Área de Acciones de Conservación de la Subdirección General de Biodiversidad Terrestre y Marina del Ministerio de Transición Ecológica y cada vez que abre la boca pone en tensión desde a pescadores como a conservacionistas. Sus ocurrencias van desde comulgar con los lobbys animalistas con la creación de listas positivas que permitan tener como mascotas exclusivamente perros y gatos como a bloquear toneladas de marrajo porque considera que no se debería haber pescado. Pero el problema del urogallo trasciende por la ineficacia del proyecto y por el coste que ha tenido para las arcas públicas. Ya vamos por 10 millones y subiendo. Pero Luis Mariano no ceja en su empeño.
En un documento al que ha tenido acceso en exclusiva MONCLOA.com, Luis Mariano ha llevado adelante un proyecto suyo al que, en plena pandemia, se dedicarán otros tres millones públicos (de 4,3 en total) entre 2021 y 2022 para su chapucero proyecto de recuperación del urogallo. Las quejas han salpicado numerosos medios locales en Asturias a lo largo de la década dado que, desde que se pusiera en marcha este plan de rescate, los centros de recuperación no han hecho más que perder dinero. Pero es que ahora el empeño animalista de Luis Mariano dará este año otro millón de euros y el que viene más de dos millones de euros. Entonces el director del proyecto, Ramón Balsera, veterinario al frente del centro, aseguró que básicamente no sacaban adelante un urogallo porque les faltaban recursos (concretamente espacio, agua y electricidad). Y ahora Luis Mariano se lo ha concedido.
Los pufos de Luis Mariano son notorios. Y no hablamos de la venta de 90 toneladas de marrajo congelado desde 2020 porque no se concede el certificado CITES. Pero si por algo es famoso el jefe de área del Miteco es por el chapucero proyecto del urogallo. En resumen, todas las estimaciones del número de ejemplares que hay en la península se basan en que alrededor de 2005, cuando se realizó el último censo fiable, la cifra apuntaba a unos 500 urogallos en total. Desde entonces, el Gobierno se ha obsesionado con sacar adelante la especie siempre con Luis Mariano orbitando en torno a los proyectos de recuperación. «»Posiblemente quedan menos de 300 machos en toda la cordillera», comentó entonces Ignacio Torres, director del proyecto LIFE+Urogallo. «Se han hecho censos parciales, en los cantaderos, pero uno como el que se va a hacer ahora no se hace desde 2005», comentó en 2016 entonces
La empresa encargada de recibir la millonada es TRAGSA, un grupo que «forma parte de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) y del Sector Público Institucional, teniendo la condición de poder adjudicador y medio propio personificado de las Administraciones Públicas que participan en su accionariado», tal y como explican en su propia página web. «Tras más de cuatro décadas trabajando para las Administraciones Públicas al servicio de la sociedad, el Grupo Tragsa se ha situado a la vanguardia de los diferentes sectores en los que actúa, garantizando la máxima profesionalidad y el más alto nivel de calidad en sus actuaciones».
LAS 90 TONELADAS DE MARRAJO
Algunas de las últimas decisiones tomadas por el ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO) que dirige Teresa Ribera no han sentado bien a determinados sectores. Particularmente, los pescadores no dan crédito después de que desde su cartera nieguen la venta de unas 90 toneladas de marrajo, una especie de tiburón, debido a que se ha rebasado el límite de captura, pese a que eso suponga el desperdicio de esta enorme cantidad de alimento que ya ha sido pescado.
Aunque, en realidad, no es Teresa Ribera la que ha causado este embrollo. De hecho, ha sido un funcionario de perfil más bajo el que se ha esforzado para que el Gobierno de luz roja a la venta de esta mercancía. Se trata de Luis Mariano González, jefe del Área de Acciones de Conservación de la Subdirección General de Biodiversidad Terrestre y Marina en el ministerio.