La Casa Real no pasa por su mejor momento, pero las rencillas no vienen de ahora. Con el rey emérito fuera de juego debido a los escándalos por posibles corrupciones y en plena época de pandemia, parece que los reyes actuales están viviendo tiempos convulsos. Esto ya lo vimos con los distintos rifirrafes entre las Reinas Letizia y Sofía, que nunca han compartido simpatías.
Si antes pensábamos que la persona de la Casa Real con la que peor se llevaba Letizia era con Juan Carlos, poco tardamos en descubrir que con su suegra no mantenía una buena relación. Desde aquel Domingo de Resurrección en la Catedral de Palma, con su marido ya coronado como Rey de España, la opinión pública vio cómo la tensión entre nuera y suegra era insostenible.
¿Recuerdas aquel momento? Descubre el suceso que desencadenó la «guerra» entre las Reinas Letizia y Sofía.
2El origen de la mala relación
Desde Zarzuela siempre se le ha querido quitar importancia a las rencillas familiares. Cuando sucedió aquella bronca de Sofía a Letizia, excusaron a la emérita afirmando que es una mujer vehemente a la que le gusta gesticular mucho cuando habla. No obstante, volvió a suceder otro episodio de lo más tenso un poco más tarde, en el verano de 2016.
También fue en Mallorca. En la recepción del palacio de la Almudaina, Letizia pasó por delante de su suegra para entrar al recinto sin ni siquiera pararse a saludarla. Desde que es Reina, parece que la opinión pública cada vez le da más igual. Y es que, según fuentes cercanas, el origen de los desencuentros tiene mucha relación con los obstáculos interpuestos por Letizia para que Sofía no ejerciera como abuela con sus nietas.
Al principio, la emérita se apoyó mucho en su hijo Felipe, debido a los escándalos con los que contaba ella en su propia relación con Juan Carlos. Pensaba, de este modo, que tanto Leonor como Sofía podrían ayudarla a sentirse menos sola. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que su nuera no quería que tal cosa sucediera. Dicen que hasta llegó a vetar sus visitas, pues las niñas debían guardar una disciplina que conlleva estrictos horarios.