Los jóvenes que crecen en el Sistema de Atención a la Infancia se ven obligados a emanciparse once años antes que el resto al finalizar su protección con 18 años. Esta realidad les predispone a una situación de riesgo de exclusión social e incluso a un segundo desamparo, según Cruz Roja que mantiene el programa ‘Acompaña’ para arroparles en su transición a la vida adulta.
La organización recuerda que el 84% de estos jóvenes se encuentra en riesgo de pobreza y exclusión, 81,5% está en paro, el 84% no recibe ninguna prestación o subsidio, y un 10% se ve obligado a vivir en la calle o en situación de alta precariedad. Además, la crisis de la COVID-19 ha afectado de forma sustancial a la inserción social y laboral de estos jóvenes y ha agravado su vulnerabilidad y su riesgo de pobreza y exclusión social, según Cruz Roja.
La ONG viene trabajando con estos jóvenes en proceso de extutela o riesgo social desde hace más de 25 años, apoyándoles en su desarrollo personal y social, promoviendo su formación e inserción laboral, asesorándoles en su regularización administrativa, cubriendo sus necesidades básicas a través de recursos residenciales o apoyos económicos, y facilitando su participación social, con el fin de que alcancen su emancipación y puedan vivir por sí mismos.
Cruz Roja canaliza esta intervención a través del proyecto ‘Acompaña’ que engloba dos tipos de actuaciones, la gestión de recursos de acogimiento residencial para la emancipación, y la acción de acompañamiento social y educativo sin recurso de alojamiento.
Según ha indicado Carlos Chana, responsable de este proyecto, «las principales barreras para la emancipación identificadas tanto por los propios jóvenes, como por los equipos de Cruz Roja son el desempleo y falta oportunidades, la carencia de recursos económicos y vivienda, la discriminación, las dificultades para mantener el permiso de residencia y trabajo en el caso de extranjeros, las carencias formativas y los hechos traumáticos no superados o el aislamiento».
El proyecto ‘Acompaña’, según Cruz Roja, permite apoyar a estos jóvenes en su transición a la vida adulta en ámbitos como: el desarrollo personal, integración social, formación, orientación e inserción laboral, situación administrativa, aprendizaje del idioma, participación social, restablecimiento de vínculos, cubriendo sus necesidades básicas a través de recursos residenciales o apoyos económicos a través de diferentes fases que van desde la acogida, al acompañamiento y la fase de finalización, con el fin de que alcancen su emancipación y puedan vivir por sí mismos.
Más allá de la intervención de Cruz Roja con estos jóvenes, Carlos Chana ha reclamado además un mayor compromiso con estas personas en situación de vulnerabilidad. «Son necesarios mecanismos de acción positiva desde los poderes públicos y las instituciones para que los jóvenes que han estado bajo el sistema de protección a la infancia o que llegaron a la mayoría de edad en contextos de riesgo, puedan alcanzar una verdadera vida emancipada con empleo estable, acceso a la vivienda y relaciones personales sólidas», recalca el responsable de Cruz Roja.
Cruz Roja atendió el pasado año a más de 3.600 jóvenes en 25 ámbitos provinciales de 11 CCAA. Del total de territorios donde se desarrolla el proyecto, son 11 los ámbitos provinciales donde Cruz Roja gestiona recursos residenciales. Se trata de 18 pisos de emancipación ubicados en Alicante, Ceuta, Guipúzcoa (6 pisos), Granada, Cádiz, Huelva, Málaga, La Rioja, Murcia, Salamanca y Soria.