La relación entre la salud y los alimentos está más que demostrada en multitud de estudios a lo largo de muchos años. La OMS lo dice claro también: una dieta saludable nos protege contra enfermedades no transmisibles como el cáncer, las cardiopatías o la diabetes. La alimentación es uno de los factores que determinan la esperanza de vida de las personas. Gracias a una dieta equilibrada podemos favorecer el buen funcionamiento de órganos de nuestro cuerpo imprescindibles para la salud general del mismo.
2MANTENER EL ORGANISMO HIDRATADO
El punto de partida para proteger nuestros riñones y ayudar a que funcionen correctamente es mantener una buena hidratación. El organismo necesita una buena cantidad de líquido para que el riñón pueda hacer su trabajo de filtrado de toxinas, y a la vez tiene que reponer el agua que pierde a través de la orina, las heces o la transpiración. Estos líquidos perdidos se pueden suplir naturalmente y de forma sencilla con las comidas y las bebidas que tomamos a diario, tal y como aseguran los especialistas en nefrología.
Para beber, lo ideal es hidratarse con agua mineral o del grifo, que se puede saborizar, si deseamos darle un toque más apetecible. Por ejemplo, con unas hojas de menta, albahaca o hierbabuena, rodajas de naranja, limón o pepino, o un poco de jengibre. Las infusiones son otra buena opción. Es importante tener en cuenta que los refrescos azucarados no son en absoluto recomendables, y las bebidas alcohólicas, aunque en un primer momento parezcan calmar la sed, provocan una deshidratación del organismo.