Vox quiere renovarse. Quiere caras nuevas en el partido y golpes de efecto que hagan sentir a sus rivales políticos que su flamante formación es más atractiva para los díscolos de derechas que cualquier otra opción. Desde la formación de extrema derecha esperan cerrar dos fichajes de cara a la próxima temporada política: el de la exportavoz del Partido Popular Cayetana Álvarez de Toledo y el del exdirigente de Ciudadanos Juan Carlos Girauta. Con estos dos políticos entre sus filas, desde la cúpula de Vox esperan seducir a parte del electorado del PP y de la formación naranja para así afrontar las elecciones de 2023 con fuerza. Y fuentes cercanas a la formación de Santiago Abascal apuntan a que las negociaciones están avanzadas, aunque no han vendido aún la piel del oso.
De momento, Cayetana ha mantenido un perfil bajo. Es la apuesta más arriesgada de Vox porque, primero, tiene tirón mediático y porque, segundo, sería un golpe bajo a un Partido Popular con una crisis interna latente. Aún así, Cayetana no tiene claro si dará o no el salto en estos momentos. Según aseguran fuentes internas del PP, la exportavoz del partido augura que el liderazgo de Pablo Casado no se alargará demasiado e incluso los díscolos en Génova le ponen fecha de caducidad: finales de 2023. Ante esto, el entorno de Álvarez de Toledo desliza que la dirigente popular querría ver qué futuro le espera a la presidencia del partido antes de tomar la decisión de someterse al criterio de Santiago Abascal. Los más ambiciosos incluso llegan a comentar la posibilidad de que Cayetana se postule como candidata para liderar el PP, pero esta última teoría es más residual entre las bambalinas de Génova.
Fichar a Cayetana es un arma de doble filo. Para conseguir seducirla, desde Vox saben que tendrían que ofrecerle un puesto relevante en el partido, algo que no convence a todos ya que la estructura jerárquica y casi militar de Vox podría saltar por los aires con la entrada de una dirigente que no responde ante nadie, razón por la que Pablo Casado la apartó de su cargo en su momento. Si Vox la quiere, tendrá que pagar el precio con el riesgo que ello conlleva. Es un activo valioso pero que podría revolver la jerarquía interna del partido e incluso desplazar a caras conocidas, como Macarena Olona o como Iván Espinosa de los Monteros.
Sin embargo, este fichaje es el que más seduce a Abascal, dado que Cayetana aún tiene simpatías y el apoyo de muchos dirigentes del Partido Popular, así como el de parte del electorado más a la derecha del PP. Ficharla podría significar dar un mordisco interesante a nivel electoral a los populares. Y más cuando Casado no convence ni al ala moderada ni al ala dura de la formación.
Sobre Juan Carlos Girauta, el asunto es diferente. La transformación, evolución o cambio de chaquetas, como se quiera ver, del exdirigente de Ciudadanos le ha llevado a tener más de un guiño con Vox. Desde luego, su doctrina ideológica, vertida en muchas ocasiones en Twitter, es más próxima a los principios de Abascal que a los de Inés Arrimadas, presidenta de Ciudadanos, pero de ahí a que quiera entrar en política hay un trecho. El problema en este supuesto es que ninguna fuente en Vox ubica a Girauta en un puesto de responsabilidad dentro de la formación verde en caso de que el político quisiera dar el salto al seno de Abascal. En todo caso, desde Vox le verían en algún puesto relevante a nivel municipal o autonómico, pero no mucho más.
Que Girauta acabe en las filas de Vox no es un problema para los de Abascal. De hecho, el mayor activo político de Abascal, la diputada Macarena Olona, así lo ha dejado caer después de que Girauta volviera a las portadas de los medios digitales tras decidir participar en un acto de Vox. Según comentó la dirigente del partido verde, estaría «encantadísima» de que el exportavoz de Ciudadanos en la Cámara Baja Juan Carlos Girauta se uniese a las filas de su formación.
A nadie ha sorprendido que Girauta rompiera el carnet de Ciudadanos para coquetear con sacarse el de Vox. Es cierto que, en este caso, el mayor problema es que el exdirigente de Ciudadanos no tiene intención de vivir solo de la política. «De ser así, se hubiera quedado en Ciudadanos», comentan fuentes del Congreso.
PREPARANDO 2023
Todo esto responde a una estrategia de Vox. La formación de Abascal considera, al igual que los sociólogos consultados por MONCLOA.com, que posiblemente Vox obtendrá sus mejores resultados electorales en las próximas elecciones generales. Esto responde a que la formación ha sido capaz de ocupar el espacio del PP y ha sido capaz de capitalizar el desencanto del electorado contrario al Gobierno. Tras esto, la bonanza económica que se prevé, así como la falta de grandes problemas que afecten al país hará que las posiciones de los españoles se moderen. «¿Cuántos de los votantes actuales de Vox quieren privatizar las pensiones?», se pregunta uno de los sociólogos consultados por este medio.
Por este motivo, que no es ajeno a Vox, la formación verde quiere poner toda la carne en el asador antes de dos años. Y si ejecutar el fichaje de Girauta o de Cayetana es una opción que está encima de la mesa, tal y como aseguran fuentes cercanas al partido, se tendrá que hacer cuanto antes para conseguir sacar todo el beneficio posible. De lo que se trata es de conseguir que el PP solo pueda gobernar con el apoyo de Abascal y forzar, como ahora, un Gobierno de coalición de derechas con el líder de Vox como vicepresidente.
LAS CHAQUETAS DE GIRAUTA
En plena época de transfuguismo en Ciudadanos, un movimiento de uno de los ex-pesos pesados ha llamado mucho la atención de los seguidores y críticos del partido naranja. Y es que los rumores sobre un posible acercamiento entre Juan Carlos Girauta y Vox vuelven a rugir. Eso sí, azuzados por Podemos. En concreto por el tándem formado por Echenique y Dina Bousselham (esta a través de su periódico La Última Hora). El hecho sobre el que han levantado la libre los podemitas es la participación este martes, 19 de enero de 2021, de Girauta, ex número tres de Ciudadanos con Albert Rivera en la dirección del partido, en unas jornadas de la Fundación Disenso, el Think Tank relacionado con los de Santiago Abascal. ¿La temática? La libertad de expresión y las amenazas a ésta de las corporaciones tecnológicas.