España es un país que puede permitirse sacar pecho de su gastronomía. La comida es uno de los motivos, más allá del clima, por el que millones de turistas acuden cada año. La paella o el cocido se han convertido en platos conocidos en muchos rincones del mundo. Este éxito ha sido posible gracias a la calidad de los productos locales. Cada receta tiene su secreto, aunque muchas lo comparten: el vinagre de jerez.
Condimento estrella de la gastronomía en todo el mundo, la calidad del Vinagre de Jerez es reconocida por su valor desde el punto de vista culinario, logrando perfeccionar todo tipo de elaboraciones. A continuación te contamos cómo puede transformar y beneficiar a tu organismos si lo usas en estos casos.
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La combinación de dulce y ácido en el paladar puede sorprendernos, y por ello el Vinagre de Jerez es un componente clave para la elaboración de helados y postres: “es el ingrediente esencial, por ejemplo, para conseguir un buen caramelo, pues le aporta un sabor intenso y una textura perfecta, espesa y untuosa.”, afirma José Ferrer, que añade: “combinado con cítricos y frutas ácidas, como fresas o naranjas, ofrece resultados muy interesantes para enriquecer el almíbar, ofreciendo un final de comida más ligero y fresco. En este caso, es recomendable dejar que las frutas se maceren en el almíbar ácido antes de servirlas.”
Así pues, gracias a su calidad, avalada con el sello europeo de calidad D.O.P. (Denominación de Origen Protegida), y a su versatilidad, el Vinagre de Jerez es el aderezo ideal para cualquier elaboración, y como recuerda José Ferrer: “con una pequeña dosis aportaremos la alegría que nuestros platos necesitan para no pasar desapercibidos.”