Parece que, de acuerdo a los cánones que dicta nuestra sociedad, el del sexo se convierte en un tema controvertido según nos vamos acercando a cierta edad. Sin embargo, lejos del pensamiento que puedan tener los mortales sobre esto, lo cierto es que, en la realidad, las cosas cambian. Una edad más avanzada no significa peor en la cama. Así, al menos lo afirman la mayoría de los hombres.
Cumplir años tiene muchas bondades. Por ejemplo, conforme nos vamos desarrollando, vamos adquiriendo cada vez más experiencia. También a nivel sexual. Además, debemos tener en cuenta que, cuantos más años cumplimos, más a gusto nos sentimos con nuestro cuerpo, pues nos dejan de preocupar cuestiones superfluas que se convertían en un problema cuando teníamos 20 o 30 años. La verdad es que, juntando todos los factores, disfrutamos más de los encuentros íntimos.
Pasión, hormonas, seguridad… Descubre por qué los hombres disfrutan más con el sexo a los 50 años que a los 30.
4Qué ocurre en el caso de las mujeres
Sabemos qué sucede con los hombres respecto al sexo pero, ¿qué pasa con las mujeres? También existe una investigación relacionada con ellas y realizada por la aplicación Natural Cycles, donde se encuestó a 2.618 mujeres. Los resultados afirman que a los 36 años es la edad donde las féminas cuentan con los mejores orgasmos de toda su vida. Y es que es el momento donde mejor conocen su propio cuerpo.
De acuerdo al estudio, aquellas mujeres que han traspasado el límite de los 35 pero no llegan a los 40, se sienten más atractivas, lo que hace que disfruten más del sexo que aquellas más jóvenes o mayores. Además, el 58% de las féminas entre 35 y 40 años no solo tienen orgasmos más placenteros, sino también una mayor cantidad de los mismos.
Al preguntarles sobre cómo se veían de atractivas en el plano sexual, las mujeres de más de 36 años tenían más confianza en sí mismas, así como las menores de 23. Es cierto que las más jóvenes se sentían más sexys, pero tenían menos orgasmos y también peores. Esto puede estar muy relacionado con la educación sexual que existe para los adolescentes, así como con la pornografía, que muestra un universo ficticio que poco tiene que ver con la realidad.