Sobre todo para los más cerveceros y que les gustaría perder peso, si leen lo de la dieta de la cerveza les debe de sonar a gloria: pierdo peso y encima sigo bebiendo mi bebida favorita, la que se supone que debería dejar de consumir precisamente para perder peso. Pues veamos que hay de verdad y de mentira en este régimen y aclarar los -seguro- numerosos matices de esta propuesta.
Lo que está claro es que si buscamos en una lista la dieta que más se ajuste a nuestros deseos de bajar peso y no sacrificarnos, esta estaría sin duda entre las favoritas de la mayoría. Y es que lo de «barriga cervecera» no parece muy compatible con al mismo tiempo encajarlo con una dieta de la cerveza. Así que es momento de aclararnos y ver si hay buenas noticias o no al respecto.
5Si la consumes, mejor tras hacer deporte
Ha quedado claro que la cerveza no va a ser el pilar sobre el que construir tu dieta, pero que tampoco supone una prohibición, sino incluso una recomendación si se toma fría y sin alcohol. Pero hay otro elemento fundamental donde no habrá problema en tomar esta medida e incluso te favorecerá. Se trata de tomarla tras hacer ejercicio. Con ello favorecerás la recuperación y la hidratación de tu cuerpo (de ahí que deba de ser sin alcohol).
Sin embargo, como ves es sólo un elemento y no un pilar de la dieta. La verdadera dieta en este caso y en el resto, le pongas el nombre que le pongas y que suele referirse a un alimento que puedes tomar siempre y a diario, es que tienes que bajar tu ingesta calórica, dejar de tomar grasas saturadas y azúcares, y realizar ejercicio. Con ello lograremos el déficit calórico necesario para bajar kilos y sobre todo no recuperarlos luego.