Las series o películas de ballet siempre nos presentan a personajes muy competitivos, obsesionados con su disciplina, que trabajan muy duro día a día para no quedarse descolgados en su academia. Estar en la élite de cualquier «deporte» implica ser competitivo, pero para conseguir estar en la élite del ballet vemos traiciones, humillaciones y sacrificios que no se dan en otras especialidades. Y este es precisamente el argumento de Delicadas y crueles, la última serie de Netflix, que la plataforma acaba de estrenar y que se ha posicionado ya como una de las series más vistas. Y si la historia, es una sucesión de estereotipos, ¿por qué creemos que no podrás dejar de verla hasta el final? Te lo contamos a continuación:
5Líos y sexo
Y como no podía ser de otra manera, tratándose de una serie adolescente, además de suspense y del baile lo que hay son líos sentimentales, traiciones y sexo, mucho sexo. No explícito, pero si está en el aire, o mejor dicho, en la escuela. Y este es otro cliché que se repite constantemente en este tipo de series, los personajes solo se relacionan sexualmente entre ellos, profesores con alumnos, alumnos con alumnos, todos con todos, sin tiempos de espera ni fidelidades desde luego, endogamia pura y dura. Y eso, también es una de las cosas que le gusta mucho a la audiencia. La serie termina con un cliffhanger, así que todo parece indicar que habrá, al menos, una segunda temporada de Delicadas y Crueles.