Llevamos más de medio año prácticamente encerrados en nuestras casas, con escasa movilidad y con una vida social muy reducida. Algunos no van ni a trabajar a la oficina, pues mantienen el teletrabajo tan recomendado por las autoridades sanitarias durante la primera ola de la pandemia. El caso es que esta nueva manera de vivir, ha hecho que bajemos la guardia en muchos aspectos. En general, nos cuidamos mucho menos: comemos peor, hacemos menos deporte y también hemos descuidado nuestros hábitos de belleza. Precisamente, hoy queremos recordarte, que mantener una rutina mínima de cuidado de la piel es muy sencillo y ésta, nos lo agradecerá ahora, y especialmente cuando pasen unos años.
1Conócete a ti mismo y a tu piel
Como muchos otros aspectos de tu organismo, la genética determina el aspecto de tu piel. Pero además, la genética también suele determinar el tipo de piel que tenemos, y al que apenas le prestamos atención. No es lo mismo tener la piel grasa, que la piel seca. Tampoco exige los mismos cuidados y atenciones una piel atópica, que una piel sin esa alteración. Así que lo primero que debes hacer para tomarte en serio cómo cuidas tu piel es observar y conocer qué tipo de piel tienes. Para saber el tipo de piel que tienes, obsérvate con la cara lavada. Mira si la notas reseca, especialmente al sonreir o hacer algún otro gesto, es probable que tengas un piel seca. Si por el contrario, ves mucho brillo en la nariz, en la frente y especialmente en las mejillas, tendrás la piel grasa.