El PP, Ciudadanos y Vox pretenden destrozar el proceso de paz del ‘conflicto vasco’ con la intención de demonizar a EH Bildu y demonizar a la izquierda abertzale. ¿Su objetivo? Dificultar que el PSOE recabe los apoyos de Arnaldo Otegi en Madrid y aproveche su abstención en Navarra.
Cabe recordar que el constitucionalismo encadenó 35 años pidiendo a la izquierda abertzale que apostase exclusivamente por la senda política. Y ahora que lo han hecho, PP y Vox se recrean en el pasado de ETA.
Eso sí, por la misma norma otros partidos podrían poner en duda la democracia del PP, fundado por siete ministros de Franco que pertenecieron a gobiernos que firmaron sentencias de muerte. Los populares, que tuvieron dudas de apostar por la vía constitucional, años después pretenden dispensar carnés de demócratas a pesar de que tienen serias dificultades para condenar al Régimen franquista.
Y con la misma regla, el PSOE podría ser considerado como antidemócrata por su relación con los GAL. Recuerden que el propio Pedro Sánchez en su debut televisivo en ‘Moros y Cristianos’ de Telecinco apostaba por el negacionismo sobre el terrorismo de Estado.
LA RETÓRICA DE EH BILDU
Arnaldo Otegi está enterrando la vía identitaria y su apuesta de ayudar a la ‘construcción nacional’ de Euskadi porque EH Bildu quiere asaltar el poder en el País Vasco en 2024 y para ello ha antepuesto la pomada social a la simbólica.
Aun así Otegi conserva la retórica de la ‘vieja’ izquierda abertzale al asegurar que quieren «parar a la derecha fascista, a la derecha autoritaria y para ganar derechos» para «el pueblo vasco. El hilo conductor de nuestra línea política en Presupuestos es ganar derechos para la gente».
EL GUIÑO DE JON IÑARRITU A UN DIPUTADO DE VOX
Más templado se muestra el diputado Jon Iñarritu, que hace unos días condenó la muerte del diputado de Vox Diego Salvá, Antonio Salvá: «Cuando ocurrió ese terrible asesinato, esa injusticia, que el señor Salvá sufrió en su familia y que nunca tenía que haber sufrido, expresé mi condena, mi rechazo con mi partido, y aquello que sostuve hace once años lo sigo sosteniendo igual».
Iñarritu, que perteneció al primer partido de la izquierda abertzale que condenó la violencia, Aralar, afirmó que «toda víctima de cualquier violencia merece todo mi respeto, solidaridad y pésame. Y usted, señor Salvá, independientemente de lo que yo piense de su formación, que seguramente sea lo mismo que usted piensa de la mía, tiene mi respeto como persona. Pero, como víctima, tiene también mi solidaridad personal y profunda».
El diputado también recordó al exministro socialista Ernest Lluch: «Fue una persona que conocí. Un ejemplo en el diálogo en la política y también quiero transmitir esa solidaridad a su familia». Su compañero Oskar Matute también lleva condenando la violencia de ETA al menos desde 2004.
EL PP PIERDE LA MEMORIA
UPN-PP negociaban los presupuestos de Navarra con HB en la legislatura 1991-95 y Javier Maroto en su etapa como alcalde de Vitoria, pactaba con EH Bildu en el periodo 2011-15. «Yo he tenido el coraje de pactar con ustedes», decía el actual portavoz ‘castellano-leonés’ del PP en el Senado.
Y añadía: «No me tiemblan las piernas para llegar a acuerdos con nadie y creo que eso es bueno. Ojalá sucediese en más foros, ojalá cundiese el ejemplo. La situación que tenemos ahora mismo en el País Vasco nos debe llevar a pensar que es necesario hablar entre todos. Los políticos que no entienden que sólo se puede ser útil en la política hablando entre diferentes quizá no deberían estar en la política de hoy».
Maroto era claro: «Hay mucha gente en Bildu que ha pretendido la paz desde el principio». Y aseguraba que la formación de la izquierda abertzale era «una amalgama plural» que podía ser tratado como un interlocutor válido.
DUDAS
EH Bildu se ha colocado de forma indisimulada en favor de la democracia y la paz a pesar de que existe una escisión de ETA, ATA, que sigue apostando hoy en día por la kale borroka. Arnaldo Otegi no les ríe ni mucho menos las gracias, aunque desde la coalición quizás sí que debieran abrir un debate interno para decidir si cambian su postura sobre los ‘ongi etorri’ a los presos excarcelados de ETA.