Las relaciones de pareja son como las personas. Cada una es diferente de la otra y es complicado encontrar dos iguales. Sin embargo, sí existen ciertas pautas que se repiten cuando hablamos de determinados temas. Uno de ellos es la infidelidad. Siendo España uno de los países donde poner los cuernos es bastante habitual, es normal que haya actitudes que se repitan.
Aunque no suela gustar hablarlo en público, lo cierto es que el adulterio es mucho más común de lo que podamos pensar. Gran parte del problema radica en esa idea preconcebida que tenemos desde que éramos pequeños de que el amor es solo uno siempre que sea verdadero. Por eso, la frustración es una de las cosas que pueden desembocar en estar con más personas que no son nuestra pareja.
Si estás viviendo una situación que te preocupa, descubre las formas en que pueden «ponerte los cuernos».
Los cuernos a veces vienen solo a partir del deseo
Ser infieles o poner los cuernos solo porque sentimos deseo es una de las formas más habituales de serles desleal a nuestras parejas. Esto se ocasiona cuando conocemos a una persona por la que sentimos una fuerte atracción física. Si esta es recíproca, es muy común que la persona que tiene pareja no se pueda resistir.
La razón es que, tarde o temprano, las chispas terminan saltando, pues la química acaba siendo más fuerte. Cuanto más luchamos contra una atracción sexual, más nos sigue llamando la atención. Llega un momento en que no podemos contener esa tensión que hemos ido acumulando durante tanto tiempo. Por eso, nos abandonamos al placer y esto desemboca en encuentros sexuales con otra persona, esa que tanto deseábamos.
Las aventuras que tienen como unión principal el deseo se relacionan casi siempre tan solo con las relaciones sexuales. Se suelen terminar cuando el deseo o la pasión disminuyen o incluso se acaban del todo. Normalmente, no suele haber nada más profundo detrás de ello. Hay muchas personas que las usan como una especie de salvavidas, sobre todo si la sexualidad con su pareja ha cambiado o ya prácticamente ni existe.
Necesidad de cariño que no encontramos en la pareja
Si nos encontramos dentro o atrapados en una relación que no nos satisface, puede aparece la idea de poner los cuernos. La razón es que sentimos que la otra parte no se preocupa por nosotros o ha dejado de ser tan cariñoso como era antes. Si eso nos sucede, puede que busquemos una alternativa fuera de la pareja.
Esto sucede porque sentimos que tenemos carencias afectivas. En otras ocasiones, las personas que se sienten así terminan cayendo en los brazos de otras personas como una especie de venganza, debido a la falta de afecto por parte de la pareja oficial. Si nos erramos a esta idea, todos estos elementos pueden terminar desembocando en que busquemos el cariño de la primera persona que nos muestre algo de interés.
Pensar así puede ser peligroso porque ese interés puede ser solo una apariencia. Si estamos viviendo este tipo de situación o una similar, es preferible hablar los problemas con nuestra pareja y expresar cómo nos sentimos. En el caso de no llegar a un acuerdo, es mejor dejar a la persona con la que estamos y, de este modo, tener oportunidad de estar solos o empezar algo nuevo con otra persona diferente.
Aventuras en las que no hay sexo
Aunque siempre relacionamos el poner los cuernos con la sexualidad, lo cierto es que existen algunos tipos de aventuras en las que los participantes no terminan en la cama. Este tipo de infidelidad se encuentra siempre a debate. Hay personas que piensan que solo existe la deslealtad si se consuma una relación sexual. Sin embargo, hay casos en los que no es así.
Existen diversas situaciones en las que un miembro de la pareja crea una fuerte conexión con otra persona con la que no llega a tener contacto físico. No obstante, se convierte en una relación profunda. Hay varios ejemplos de personas que tienen miedo de consumar la relación con sus amantes para no perder a su pareja oficial.
A pesar de no tener aventuras sexuales, sí que hay personas que hablando de forma continua con otras, o con otra en especial. En ese momento en que se crea un vínculo tan fuerte, puede que ya hayan dado ese paso más para salirse de una inocente amistad.
Cuernos que quedan en familia
Existe una alta probabilidad, de acuerdo a diversos estudios, de terminar engañando a nuestra pareja con alguien muy cercano al mismo, como un amigo o incluso un familiar. Cuando tenemos mucha confianza, comienzan las bromas, comentarios con doble sentido, etc. Esto puede desembocar en una infidelidad que dolerá el doble.
Hablamos de la forma de poner los cuernos más peligrosa. Prácticamente nadie piensa que su pareja va a terminar en la cama con un familiar o un amigo suyo. Sin embargo, sí puede terminar pasando. Además, la confianza vuelve a cobrar un papel clave a la hora de esconder lo que haya pasado entre ambos.
Si se descubre, todo se va a convertir en una auténtica guerra. Viviremos problemas personales y familiares muy complicados. En este caso, debemos pensar que, si nos estamos sintiendo atraídos por una persona de este tipo, lo mejor es alejarse de la familia y dejar a nuestra pareja. No debemos meternos en ese tipo de relaciones.
Esa aventura que iba a ir a más
Una de las cosas que más nos gusta a las personas es autoengañarnos. Hemos visto en incontables ocasiones esa situación en la que la persona que tiene una aventura con su amante no deja de afirmar que llegará un momento en el que deje a su pareja actual.
Finalmente, a pesar de las promesas, los cambios nunca se dan y tampoco terminan dejando nunca su relación oficial. En estos casos, lo más normal es que no sea la primera vez en la que esto sucede.
Es decir, existe una gran cantidad de personas a las que les gusta tener una relación o pareja oficial y luego sentirse libres de hacer lo que les pida el cuerpo. En estas situaciones, intentará por todos los medios conservarlo todo. La otra persona, en este caso el o la amante, estarán siempre ahí porque piensan que llegará un momento en que sean «los elegidos».
Los cuernos que crean una fuerte conexión
De entre todas las formas en las que te pueden poner los cuernos, aquella en la que la pareja ha encontrado en otra persona un vínculo muy fuerte tanto mental como físico, es la más peligrosa. Esto sucede porque puede que llegue un momento en el que todo se tambalee.
Si ese vínculo no existe solo en el plano sexual, sino también en el mental, todo puede desembocar en un enamoramiento. En ese caso, puede que la relación oficial desemboque en una separación o en un divorcio, en caso de que haya un matrimonio de por medio.
Todo lo que empezó como una aventura se ha convertido en un vínculo difícil de olvidar y que se siente mucho más fuerte que con la relación anterior. Hay parejas de larga duración que conservan el cariño, pero no esa pasión de los primeros momentos. Y eso puede terminar en el momento en que se conozca a otra persona que sí aporte esos cambios.