Parece mentira que a pesar de que llevamos más de medio año ya con el uso de la mascarilla todavía no prestemos atención a varios aspectos determinantes para que estas nos protejan del coronavirus. Creemos que las mascarillas de tela son más resistentes porque se pueden lavar y tienen más de un uso, pero para que estas sean eficaces deben cumplir una serie de requisitos, que muchas veces pasamos por alto. Las mascarillas no son infinitas y además requieren unos cuidados para evitar el contagio.
3Con manchas o rota
Hay síntomas evidentes de que las mascarillas están desgastadas y eso merma mucho la eficacia. Por ejemplo, si el tejido de la mascarilla comienza a rasgarse o a deshilacharse es porque está muy gastada y debemos tirarla porque el virus podría no estar filtrándose correctamente. Obviamente, si está rota tenemos que reemplazarla de forma urgente. También debemos hacerlo si vemos que la mascarilla presenta manchas que no salen al lavarse, pues este es otro síntoma de desgaste y de que por lo tanto la mascarilla está perdiendo eficacia.