Es una historia de superación, pero sobretodo una vida de lucha, trabajo y entereza. Su nombre es Lucas de Ulacia y ha sido piloto profesional de motocicletas. Concretamente, corrió en el Kawasaki Palmeto PL Racing Team en el ESBK durante varios años. Su crecimiento como piloto fue espectacular. Y estuvo motivado por su carácter, el mismo que ahora le ha ayudado a tirar hacia delante. Pero todo se vendría abajo tras un dramático accidente que sufrió Lucas en 2019 durante último test de pretemporada. Del siniestro no recuerda nada, pero lo cierto es que, tras el golpe, se quedó tetraplégico. Y desde este momento comenzó una nueva carrera para la que entrena día a día.
Basta con mirar a los ojos a Lucas para darse cuenta de que si hay algo que en él destaca es su buen humor. Si antes dedicaba horas y horas para mejorar su técnica sobre dos ruedas, ya fuera en motocross, supermotard o con motocicletas de velocidad, ahora se lo dedica a mejorar. Su familia cuenta como salió del centro de tetraplégicos de Toledo con resignación: «parecía un trapo», comentan. Pero desde que entró en la Fundación Dácer, su carácter y su fisio comenzaron con la verdadera recuperación.
Al principio no podía a penas moverse, pero desde que trabaja hasta diez horas diarias en su rehabilitación ha conseguido mejorar considerablemente. No hay más que verle cómo doma un exoesqueleto (que solo hay dos en España) y se pasea por el jardín de su casa para obligar a sus piernas que no olviden su función. Pero lo que más ha conseguido controlar es su cabeza y su humor, pues poca gente afrontaría esta situación con esa entereza y esa fuerza para seguir adelante.