España no sabe cómo abordar las relaciones con Marruecos. Primero, el Gobierno ha decidido regalarle al país africano nada menos que 20 Volkswagen Touareg de última generación, 130 todoterrenos con rejilla y 18 camiones militares para el transporte de tropas. Después, el propio ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, acudió a Marruecos para solicitar que, por favor, controlaran el flujo migratorio hacia Canarias. Sin embargo, no parece haber sido suficiente, pues el rey del país vecino ha decidido no recibir al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a pesar de la insistencia del Ejecutivo en concertar una reunión con Mohamed VI. El motivo: que Unidas Podemos apoya a los saharauis. Al parecer, «la agenda del rey está completa», según detallan fuentes de Exteriores.
El principal motivo por el que Marruecos está ofendido con Sánchez es porque no ha visitado el país africano aún. Es tradición en la democracia española que el primer país que visita el presidente una vez gana las elecciones sea Marruecos. Sin embargo, Sánchez rompió esta tradición y Mohamed VI se lo ha tomado a mal. Hasta el punto de que se ha sentido como una gran ofensa en la casa real marroquí.
Ni los 11 millones en regalos automovilísticos parecen haber engrasado bien las relaciones entre los dos países. Marruecos quiere más por parte de Sánchez y no está dispuesto a recibir a un líder de un país cuyo vicepresidente apoya abiertamente a los saharauis en su insistencia por la independencia. Unidas Podemos y su apoyo a esta causa es histórico. Y el rey del país africano no está dispuesto a sentarse con un Gobierno que no da la espalda a una causa que para Marruecos es un dolor de cabeza constante. Casi tanto como es para el PP el desafío independentista.
Sin embargo, llama la atención lo complaciente que el Gobierno está con el país vecino. Muy sonado fue el regalo de 20 Volkswagen Touareg de 259 CV, 130 todoterrenos de 60.000 euros cada uno (cuya marca está aún por determinar) y 18 camiones militares habilitados para el transporte de tropas. O el hecho de que, tal y como aseguran algunos municipios y fuentes consultadas por MONCLOA.com, se hayan roto algunos polémicos acuerdos con la policía marroquí que ha llevado a que se abra la veda de la migración.
Nadie duda en que el hecho de que España haya decidido gastarse más de 11 millones de euros en comprar un parque móvil envidiable para el ministerio del Interior de Marruecos no es por pura solidaridad. Hay segundas intenciones y saben que Marruecos tiene una capacidad de presión importante, especialmente con la migración, que Ceuta, Melilla y Canarias sufre en cantidades ingentes. Todo está especialmente relacionado, según relatan fuentes cercanas al Ejecutivo, algo que no sorprende a la mayoría que da por sentado que ni los regalos han sido suficientes para calmar y engrasar las relaciones con el Gobierno.
El problema no es que los regalos sean insuficientes o que la reunión de Marlaska fuera poco satisfactoria. El gran escollo es el Sáhara Occidental. Los problemas han vuelto a aflorar en una zona en conflicto con Marruecos y el rey del país africano está harto de que haya países como España que opinen sobre el tema. Y peor es que el vicepresidente del Gobierno y líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, dé por buenas las demandas de los saharauis. Intolerable para el rey y su forma de mostrar su descontento con España es no recibir a Sánchez.
Ni la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se mete en un tema en el que Marruecos y Francia se muestra intransigentes. España en su vertiente oficial pide al pueblo saharaui que se rinda y que se integre en Marruecos mientras estos se niegan. Pero hay partidos políticos como la formación morada que insisten en lo contrario y apoyan las demandas del pueblo del Sáhara Occidental sin paliativos y critican al rey y sus decisiones en todo momento.
España sufre las presiones de Marruecos en muchas formas, pero el principal arma con la que el país africano presiona a España es levantar la mano con la inmigración. Canarias ha recibido más de 10.000 marroquíes en pateras en solo dos meses. Y esto es porque las autoridades del país han decidido no controlar las fronteras. Ahora quizás sean más capaces de frenarla con los 150 todoterrenos, pero de no ser así, puede que España tenga que dar algo más si quiere controlar sus fronteras de otra forma que no sea como pide Santiago Abascal, a golpe de la Armada.