En general, a todos nos puede parecer normal quedarnos dormidos después del sexo. Este hecho sucede más entre los hombres. No lo decimos nosotros, sino las estadísticas. De acuerdo con las encuestas, hasta siete de cada diez se duerme o le gustaría hacerlo tras mantener relaciones sexuales. Por eso, si a ti o a tu pareja os pasa, debéis saber que no sois los únicos.
Esta encuesta entrevistó a nada menos que 19 mil personas en el año 2019. Según los resultados, el 66% de los hombres se duerme tras un encuentro en la cama, en contra del 55% de las mujeres. ¿Cuáles son las causas que provocan esto? La explicación también la encontramos en la ciencia.
Si te lo has preguntado alguna vez, descubre cuáles son los motivos por los que te quedas dormido después del sexo.
Por qué los hombres se duermen tras el sexo
La pregunta en realidad podría ser por qué sucede esto y por qué ocurre sobre todo en los hombres. Parece que, según lo que conocemos, la respuesta al orgasmo es la encargada de activar todo un conjunto de hormonas y neurotransmisores que se unen a la desconexión de la actividad que se tiene en la corteza cerebral. Esto hace que nos relajemos y provoca algo de somnolencia.
En el momento en el que mantenemos relaciones sexuales, nuestro organismo sufre diversos cambios. Por ejemplo, el estrés se reduce y mejora nuestro estado de ánimo. También se fortalece nuestro sistema inmunitario, así como el cardiovascular. El principal órgano que tiene una respuesta a todo esto, como no podía ser de otra manera, es el cerebro.
Después de haber disfrutado de un orgasmo, se activan algunas zonas en el cerebro, como la amígdala, que es la encargada de generar emociones y placer, y también se disminuye la actividad en otras. Esto sucede, por ejemplo, en la corteza prefrontal. Esto hace que, al llegar al clímax, el cuerpo se relaje y se liberen hormonas como la prolactina, la oxitocina o la vasopresina. Reduciendo el estrés, consiguen que llegue el sueño.
Diferencias entre géneros
La explicación de que suceda más en los hombres que en las mujeres existe y la tienen las hormonas. Después del sexo, el orgasmo afecta de forma diferente en nuestro cuerpo dependiendo de nuestro género. La hormona que más cambia es la oxitocina, que no se libera igual en hombres que en mujeres. En ellas, genera un aumento del deseo de apego. En ellos, somnolencia.
Además, en ellos también se observan algunos cambios que no suceden en la mujer con la misma intensidad. En el varón comienza el período refractario, que provoca que, algunas zonas del cerebro, se apaguen. A esto se le une una mayor segregación de serotonina, provocando un gran estado de relajación. La prolactina, por ejemplo, anula el deseo sexual.
En otras ocasiones, diversos estudios también afirman que, después del sexo, el orgasmo hace que se produzca una merma del glucógeno, perdiendo energía. Esto afectaría más a los hombres debido a que tienen una mayor cantidad de masa muscular.
El período refractario, «culpable» de dormirse tras el sexo
La diferencia que más llama la atención entre ellos y ellas es el período refractario. Este es el tiempo de recuperación que necesita el cuerpo entre la llegada al orgasmo y una nueva estimulación de ámbito sexual. En los hombres, suele ser mayor que en las mujeres. Ellas tienen más facilidad para volver a activarse.
Se barajan también otras hipótesis. Por ejemplo, tampoco el hecho de tener sexo es un sinónimo de llegar al clímax, sobre todo en el caso de las mujeres. Diversos estudios apuntan que, en las relaciones heterosexuales, los hombres alcanzan el orgasmo un 95% de las veces. En cambio, las mujeres solo lo hacen en un 65% de las ocasiones.
Estos datos son muy interesantes. Al no alcanzar el orgasmo tanto como los hombres, las mujeres no tienen los mismos cambios que ellos en su cuerpo. Esto hace que estén preparadas antes para recibir una estimulación sexual. Lo mismo sucede cuando lo alcanzan, pues el organismo funcione de forma diferente en ambos géneros.
También sucede lo contrario
A pesar de que es una cosa de lo más común, no todas las personas se duermen después de mantener sexo, sino que les ocurre todo lo contrario. Hay gente, sobre todo las mujeres, que se activan tras la relación sexual. En este caso, la oxitocina se libera en la sangre después del encuentro pero, en el caso de las mujeres, es habitual que la situación las ayude a generar un mayor deseo de actividad. Por ejemplo, de hacer cosas como hablar, abrazar o reforzar el vínculo emocional con la otra persona.
Otra de las razones puede estar relacionada con la liberación de adrenalina provocada tras el orgasmo. Esta es la hormona que nos genera un subidón de energía y mejora la circulación de la sangre. Es por esta razón que es frecuente que ciertas personas se encuentren más activas que otras después del sexo.
Además, también va unido a todo esto una serie de factores psicológicos, así como las circunstancias de cada persona. Esta sería otra explicación para que algunos se activen tras la relación y otros no. Estos factores pueden ir unidos a temas tan dispares como el estrés, pasando incluso por las infidelidades.
Cómo se puede prevenir
La diferencia que existe entre unos y otros a la hora que se haya terminado una relación sexual puede suponer un problema para algunas parejas. Puede que uno de ellos desee quedarse hablando y el otro se quede dormido en segundos. Esto puede ocasionar incluso discusiones y peleas que van mermando la relación. Por eso, es interesante conocer si se puede prevenir la somnolencia que aparece tras el sexo. Evitarlo, no obstante, parece una cosa bastante complicada.
La razón es que no es algo que se elija de forma voluntaria, sino que es algo que aparece de forma inconsciente. Sin embargo, siempre podemos hablar con nuestra pareja de forma sincera para explicarle que es una respuesta natural del cuerpo contra la que nos es prácticamente imposible luchar. Eso sí, cuando una de las partes llega al orgasmo y la otra no, hay que hacer todo lo posible por hacerla disfrutar. Si no, se nos puede considerar incluso egoístas en el plano sexual.
Los orgasmos no están sincronizados, pero tampoco el sueño. Es muy posible, por tanto, que uno de los dos muestre más signos de somnolencia que el otro. En este sentido, nunca debemos ser egoístas y sí saber cuidar de nuestra pareja y de sus necesidades. Algo que podemos hacer, sin embargo, es evitar mantener relaciones por la noche, evitar el consumo de alcohol y huir de las grandes comidas antes del sexo.