El Gobierno de Pedro Sánchez ha publicado este jueves en el Boletín Oficial del Estado (BOE) una Comisión Permanente contra la desinformación con el objetivo de combatir las fake news. La cartera dirigida por la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, defiende el derecho de los ciudadanos a tener acceso a una “información veraz y diversa”, cada vez más amenazada por la “difusión deliberada, a gran escala y sistemática de información que quiere influir en la sociedad”. El Gobierno pone así en marcha su plan de actuación contra las noticias falsas una asignatura pendiente de Sánchez puesto que fue en su discurso de investidura cuando declaró que se sería una prioridad de su gabinete.
A la cabeza del proyecto no se encuentra otro que Iván Redondo, jefe de la Presidencia del Gobierno, y Miguel Ángel Oliver, secretario de Estado de comunicación. La orden advierte de la amenaza que supone “la difusión deliberada, a gran escala y sistemática de desinformación, que persiguen influir en la sociedad con fines interesados y espurios”. Además, el Ejecutivo podrá contar con la colaboración del sector privado, medios de comunicación, expertos y ONG para luchar contra este “fenómeno” y cuya contribución se considere relevante para llevar a cabo “acciones como la identificación y no contribución a la difusión de la desinformación, la promoción de actividades de concienciación y la formación o el desarrollo de herramientas para evitar su propagación en el entorno digital”.
El Gobierno sigue así las líneas estratégicas del European Democracy Action Plan que, con “el objetivo de atajar la desinformación y reforzar la resiliencia de las sociedades europea”, contempla incrementar la integridad electoral y garantizar que los sistemas electorales sean libres y justos; fortalecer la libertad de expresión y el debate democrático, examinando la libertad y pluralismo de los medios de comunicación, así como el papel de la sociedad civil.
Cuatro niveles de actuación
Entre las medidas de actuación que pondrá en marcha el Ejecutivo se encuentran, en función del nivel que se imponga, la monitorización y vigilancia para la detección, alerta temprana, notificación y análisis; la participación en el Sistema de Alerta Rápida de la Unión Europea (RAS) y activación de los protocolos; así como la activación, en su caso, de una célula de coordinación contra la desinformación activada ad hoc por el director del Departamento de Seguridad Nacional, pasando por la realización de una campaña de comunicación pública dirigida por la Secretaría de Estado de Comunicación en función de la naturaleza de la campaña de desinformación.
- Nivel 1: con capacidad para actuar a nivel técnico de detectar, realiza la alerta temprana y notificar según su comunidad de referencia.
- Nivel 2: para apoyar la coordinación, sincronizar y priorizar todos los esfuerzos en la lucha contra la desinformación.
- Nivel 3: con el objetivo de adoptar decisiones y marcar objetivos de carácter político-estratégico con el objeto de hacer frente a una campaña de desinformación.
- Nivel 4: nivel de gestión política en el marco del sistema de seguridad nacional.
Realidad orwelliana
Cuando George Orwell escribió, entre 1947 y 1948, su novela 1984, fue definida como una obra política de ficción distópica. 72 años después de su publicación se presenta como una real, más este 2020, y no es de extrañar que la Comisión Permanente contra la desinformación del Gobierno de Pedro Sánchez nos recuerde a ese Ministerio de la Verdad del que habla el libro, dedicado a manipular o destruir los documentos históricos para conseguir que las evidencias del pasado coincidan con la versión de la historia que se inventaba el Estado. Un claro abuso de poder por parte del Ejecutivo y que, sin duda, está siendo muy criticado por la oposición.