Una mala gestión de la economía circular cuesta puestos de trabajo. Actualmente, el reciclaje en España está controlado por el monopolio de Ecoembalajes España (más conocido como Ecoembes) y, según sus propios estudios, han sido capaces de generar 42.000 puestos de trabajo a pesar de que varios expertos consultados por MONCLOA.COM aseguran que solo se recicla el 25% de los residuos plásticos. Son muchos, como Greenpeace, Unidas Podemos o algunos expertos independientes como Alberto Vizcaíno (autor del libro Contenedor Amarillo S.A.) los que apuntan a que esta gestión ineficiente cuesta caro a España. Pero algunos han ido más lejos y han apuntado un dato más dramático: este monopolio impide que se recicle correctamente y, por tanto, que se generen hasta el triple de puestos de trabajo.
Ecoembes presume de su buena gestión, aunque haya miles de críticas en torno a este monopolio por no cumplir su función y por no contribuir ni de lejos a la economía circular. Esta sociedad anónima es fruto de una ley de los años 90 que llevó a las grandes envasadoras (Unilever, Coca-Cola o cualquier empresa que genere residuos plásticos) a unirse para crear esta sociedad sin ánimo de lucro. El resultado más de 20 años después es que solo se recicla un 25%, según Greenpeace o el propio gobierno de Baleares, y que esos 42.000 puestos de trabajo se han quedado insuficientes para responder con contundencia a la obligación que tienen las empresas de hacerse cargo de los residuos que generan con su industria.
«Mejorar esos datos permitiría desarrollar una industria de recuperación y reciclaje que, permitiendo inversiones verdes destinadas a potenciar la parte de la economía circular centrada en convertir residuos en materias primas», comenta Vizcaíno, el autor del libro Contenedor Amarillo S.A. «Analizamos los datos públicos de una ciudad como Madrid, el contenedor amarillo apenas tiene capacidad para recoger un tercio de todos los residuos de envases que se generan. Aquí estaría la primera oportunidad para mejorar la cantidad de empleo que actualmente genera el reciclaje de envases: ajustando la capacidad real de recogida selectiva al total de los residuos de envases que se generan», asegura el experto.
Hay mil formas de mejorar el sistema de reciclaje. Y todas pasan por implementar nuevos sistemas más eficientes de reciclaje, como puede ser el de depósito devolución y retorno que nadie se explica cómo toda Europa lo ha aplicado menos España. «El siguiente paso sería mejorar la capacidad de clasificación y tratamiento de residuos. Si a las plantas que procesan los residuos de envases llegase el doble o el triple de los envases que están llegando actualmente se requeriría aumentar proporcionalmente la mano de obra dedicada a la explotación y el mantenimiento de esas instalaciones», ha comentado Vizcaíno.
Vamos, el triple de empleo como mínimo que se resiste a llegar porque el sistema de reciclaje que se emplea en España es poco eficiente. Solo con dejar que otras empresas entren desde fuera para potenciar la economía circular, como las que se centrarían en implementar sistemas de depósito, devolución y retorno, se generaría empleo. Las estimaciones de Vizcaíno apuntan al triple, pero asegura que no lo ha analizado a conciencia. Aún así, que un mal reciclaje impide que se cree trabajo, es una realidad que impera en España.
«ECOEMBES MIENTE»
No es la primera vez que Ecoembes está en el foco. Cuesta mucho sacar adelante según qué datos por el difícil acceso que tienen. Desde la organización aseguran que reciclan bastante más del 55%, pero ni de lejos se aproximan al 100% que exige la normativa. Un informe internacional de Changing Markets ha señalado recientemente que Ecoembes es un obstáculo para el reciclaje en España, una afirmación que desde Greenpeace o Unidas Podemos han remarcado en reiteradas ocasiones. «Nadie es profeta en su tierra», comentaba el diputado de la formación morada Juantxo López de Uralde, pero al menos el informe internacional sirvió para animar a muchos a ver qué hay detrás de Ecoembalajes. Y poco después, Greenpeace volvió al ruedo y publicó otro informe que directamente se titulaba «Ecoembes miente».
Cada vez son más los que señalan que esta organización sin ánimo de lucro es un problema para el reciclaje. Un obstáculo para la economía circular que se esconde tras una serie de campañas publicitarias «buenistas» (como las califica Vizcaíno) y que no tienen otro objetivo que el de limpiar la imagen de una asociación que no parece cumplir lo que la normativa exige, según detallan desde Greenpeace en su informe o según apuntó el informe internacional.