Al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y en especial a su principal asesor, Iván Redondo, no les están saliendo los planes como querían por primera vez. La idea era aprovechar la cuestionada imagen mediática de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, para reforzar la imagen del PSOE en detrimento de la del Partido Popular. Sin embargo, el hecho de que Sánchez se haya obsesionado con sobredimensionar presuntos errores de la autonomía en la gestión de la pandemia y linchar a la presidenta con una fijación excesiva ha apuntalado a Ayuso en el poder. Las últimas encuestas así lo acreditan y sugieren que la doble vara de medir del presidente a la hora de juzgar a la Comunidad de Madrid no ha pasado desapercibida para los madrileños, que prefieren a Ayuso antes que al candidato socialista.
El PP pasaría de 30 a 45 diputados en la Asamblea, según una encuesta de NC Report para el diario La Razón. Puede que la imagen de Ayuso esté deteriorada por algunos medios, pero lo cierto es que los madrileños la prefieren a otras alternativas. El PP de Madrid ha apostado por una solución intermedia entre controlar la pandemia y permitir que la economía fluya, algo que no han hecho muchas comunidades, y por lo pronto los resultados se han dejado notar, pues los datos de Madrid son menos malos que los que se ven en otras comunidades autónomas, que están en una situación crítica. Castilla y León, por ejemplo, ya ha cerrado bares y restaurantes y está a un solo paso del confinamiento domiciliario. Pero, por el momento, Madrid aguanta con unos datos que sugieren que Ayuso ha controlado la pandemia.
El PSOE, por su parte, se mantiene. Solo el vicepresidente del Gobierno autonómico, Ignacio Aguado, parece hundirse más, quizás por haber elegido el bando del PSOE y exigir a Ayuso que haga exactamente lo contrario a lo que hace, pues Ciudadanos pasaría de 26 a 16 diputados parlamentarios. Vox, por su parte, se mantiene, aunque perdería un diputado autonómico pasando de 12 a 11.
UNA OBSESIÓN
Sánchez está obsesionado con la Comunidad de Madrid. Cuando Navarra o Cataluña presentaban peores datos sobre infectados que la Comunidad de Madrid, el Gobierno de coalición decidió no actuar y dejar a las administraciones autonómicas que hicieran su trabajo. Con Madrid, sin embargo, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, prefirió aplicar un estado de alarma e imponer sus propias reglas. Una doble vara de medir que no gustó en exceso a todos y cada uno de los que integran el Ejecutivo de Madrid.
Quién no recuerda también cómo el Ejecutivo clamó al cielo en el momento en que Ayuso propuso cerrar solo las fronteras de su autonomía durante los festivos y los fines de semana. Pues bien, poco antes, Ceuta propuso exactamente lo mismo y el Gobierno lo aceptó de muy buena gana. Otro ejemplo de cómo la Comunidad de Madrid sufre una doble vara de medir por parte del Ejecutivo a la hora de enfrentarse al presidente.
En los ránkings de incidencia de infectados, la Comunidad de Madrid ya ni sale. Ayuso ha afirmado que el confinamiento domiciliario será sin lugar a dudas la última opción y que antes buscarán permitir la movilidad especialmente enfocada para mantener activos los sectores económicos, incluidos los bares y restaurantes. Los datos amparan las medidas de Ayuso, por el momento, mientras que otras comunidades están peor habiendo aplicado las mismas o más restricciones, algo que sorprende a muchos.
En cualquier caso, todas las medidas de Ayuso, tan criticadas por el Gobierno hasta el punto de decretar un estado de alarma exclusivamente para imponer las normas de Sanidad en la Comunidad de Madrid, han surtido efecto. Solo quedan por pulir fallos que permiten al Ejecutivo cebarse con la autonomía por no disponer de personal para el hospital de pandemias.