Adiós a la presidencia del Tribunal Supremo. La ministra de Defensa, Margarita Robles, tenía el sueño de ocupar ese cargo, pero el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tiene otros planes para ella. El PSOE busca como quitarse de encima a Robles de aquí a, como mucho, una legislatura y parecen haber encontrado un puesto en el que aparcar a la ministra. La Comunidad de Madrid y la capital se han quedado huérfanas de candidatos socialistas. Ángel Gabilondo trabaja por su lado, sin rendir cuentas a Sánchez, y Pepu Hernández bastante tiene con leer las réplicas mientras sigue las líneas con el dedo. Es por eso que el presidente del Gobierno se plantea reciclar a Robles en uno de estos dos puestos. Algo que a ella no le parece del todo mal siempre que mantenga cierta relevancia.
Madrid se ha quedado sin una presencia socialista fuerte. Ni Gabilondo ni Hernández han sido capaces de presionar, ni en plena pandemia, a la alcaldía ni al Gobierno autonómico. Durante todo 2020, el PSOE ha sido un partido inexistente entre las fronteras de la capital y eso ha puesto sobre la mesa de Ferraz una vacante (o dos, según se mire): se busca candidato o candidata a la presidencia de la Comunidad de Madrid y a la alcaldía de la capital. Y ante un problema, una solución.
En la otra mano Sánchez tiene a Robles, una ministra bien valorada a la que quiere fuera del Gobierno en no mucho tiempo por, entre otras cosas, amenazar su liderazgo en el partido (es la mejor valorada, según una encuesta realizada por Sociométrica para el diario El Español). Pues blanco y en botella, el PSOE ha dado con la fórmula para matar dos pájaros de un tiro y poner a alguien relevante en la capital.
Esto como plan B no le parece mal a Robles. Canalizar su odio hacia el presidente del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, por haberle quitado (aplicando la ley) su condición de magistrada del Supremo y arrebatándole así la posibilidad de ocupar su puesto convirtiéndose en presidenta o alcaldesa de Madrid no está nada mal. Sin embargo, siempre quedará ese rencor ahí latente.
Por el momento, nadie en Ferraz se atreve a decir que Robles abandonará el Ministerio de Defensa de aquí a poco tiempo. Pero quitar del Consejo de Ministros a la socialista para las elecciones municipales y autonómicas de 2023 es una posibilidad que seduce mucho a la cúpula socialista, tanto, que más de uno ya da por hecho que a Robles le queda poco frente a Defensa.
Desde luego, esta posición no es la primera opción de Robles, obsesionada con ocupar el cargo de Lesmes. Sin embargo, nadie se plantea (ni en el PSOE ni en el PP) emprender una complicada tarea para poder devolverle la condición de magistrada del Tribunal Supremo y abrirle la posibilidad de ocupar el cargo que tanto ansía. Robles está fuera del juego, incluso ante aquellos que la situaban en otros cargos de relevancia.
La otra alternativa que seducía a Robles era la de ser presidenta del Tribunal Constitucional, pero Sánchez parece abandonar esa idea ante la presión de los suyos. Muy duro sería para el PSOE soportar que la Fiscal General del Estado, Dolores Delgado, fue una ministra socialista y la presidenta del Tribunal Constitucional también lo fue. Ya solo faltaría que Sánchez aprobara esa reforma para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) a golpe de mayoría absoluta para que la Comisión Europea le diera un tirón de orejas considerable.
Así pues, parece que en el PSOE han encontrado la solución perfecta para recolocar a Robles sin que parezca que molesta en el Gobierno: disputar la alcaldía de Madrid a José Luis Martínez Almeida o combatir contra Isabel Díaz Ayuso. Cualquiera de las dos fórmulas es buena para apartar del Ejecutivo a una ministra al alza que, según cuentan fuentes cercanas al PSOE, disfruta con el control y la autoridad que desprende cada ministerio, y más el de Defensa. 2023, fecha clave.