Para merendar, a la hora del desayuno… Sus posibilidades son casi infinitas. A todos nos gusta disfrutar de un buen dulce de vez en cuando y, mucho mejor, si este lo podemos realizar en casa. Por eso, una de las mejores recetas para preparar, sobre todo si tenemos niños pequeños, son los donuts caseros. Será un postre que gustará a todos y que querrán repetir.
Aunque estamos acostumbrados a consumirlos de grandes marcas, lo cierto es que, si sabemos hacerlos, en casa nos pueden quedar igual o mucho mejor. Sabrosos, esponjosos, todos nos preguntarán de dónde los hemos comprado. La gran noticia es que serán mucho más saludables, pues no tendrán azúcares añadidos ni ningún otro tipo de aditivo.
Si ya se te está haciendo la boca agua, esto te interesa. Descubre cómo hacer donuts caseros igualitos a los de marca.
4Los últimos pasos para una receta de escándalo
Cuando tengamos la sartén preparada, debemos tener cuidado con el aceite. La temperatura de la misma es una de las cosas más importantes para que los donuts terminen de salir bien. Nunca debe estar a fuego alto, sino tirando a bajo. La razón es que se doran muy rápido y corremos el peligro de que se nos quemen. Una pena si pensamos en todo el proceso que hemos recorrido.
Un truco a la hora de freírlos es cortar un papel de horno y freírlos con el mismo. De esta manera, no manipularemos el dulce en ningún momento y no conseguiremos bajar el volumen al que la masa ha llegado. Tenemos que freírlos durante un total de unos 20 segundos por cada uno de los lados.
Una vez que estén listos, es el momento de sacarlos a un plato con papel de cocina absorbente y esperar a que se enfríen ben. Cuando terminen de enfriar, podemos hacer el glaseado. Para ello, pondremos el azúcar glasé con unas gotas de agua y tendremos que ir añadiendo más gotas hasta conseguir una mezcla bien espesa que podamos untar con un pincel. Por último, rociamos los donuts con la mezcla y podremos disfrutar de un postre, merienda o desayuno de auténtico lujo.