No podemos negarlo, las patatas fritas son un plato irresistible para niños o mayores. Nos encantan solas, acompañadas, cortadas en bastones, en chips, con salsas o al punto de sal. No es vicio, ni gula, sino una cuestión evolutiva: el cuerpo pide hidratos de carbono y además tenemos una predilección natural por las texturas crujientes, y las patatas fritas lo tienen todo. El problema es que abusar de esta comida no es algo recomendable y puede suponer un aumento no deseado de peso. ¿Te gustan demasiado y la idea de limitar o prescindir de este manjar se te hace cuesta arriba? No te alarmes, hay varios trucos para prepararlas de forma que no engorden, con muchas menos grasas, e incluso más digeribles.
5AL HORNO O AL MICROONDAS
Preparar patatas fritas al horno o al microondas es otra opción para restarle un montón de calorías. Vale, no es lo mismo y no están fritas, pero podemos conseguir una textura muy similar y que estén igual de sabrosas. Al final pueden sustituir perfectamente a las fritas sin que llegues a echarlas de menos, que esa es la idea. Para hacerlas en el microondas simplemente hay que trocearlas en palitos y ponerlas en una fuente de cristal, mezcladas con un poco de aceite de oliva. Se pone a potencia máxima durante 5 minutos, se saca, se remueven un poco y se vuelven a cocinar otros 5 minutos. La sal, siempre al final. En el horno el procedimiento es el mismo, y las dejaremos hacerse unos 30-40 minutos, dándoles a mitad del horneado. En ambos casos es recomendable seguir el proceso de remojar las patatas para eliminar el almidón, ya que como decíamos, el resultado final será mucho más crujiente.