El de Felipe VI no está siendo un reinado tranquilo. Al menos, de momento. Lo que parecía un cambio de aires para la Casa Real se ha convertido en una continuación de las andanzas de su padre, ahora rey emérito, Juan Carlos I. Además, las continuas salidas de tono de Letizia tampoco ayudan a la imagen de la familia, que consigue una de las puntuaciones más bajas de los últimos años.
Con muchos frentes abiertos y más problemas que resolver que alegrías, no cabe duda de que a lo que sí nos podemos agarrar es a aquellas anécdotas que sucedieron tiempo atrás. La vida de los entonces Príncipes de Asturias cambió por completo aquel 2014 cuando el entonces rey abdicaba en su heredero. Desde entonces, los titulares sobre los reyes, Leonor y Sofía no han dejado de aparecer.
Aunque parece que lo sabemos todo, lo cierto es que queda mucho en el tintero. Descubre las anécdotas más desconocidas de Felipe VI, Letizia y Casa Real.
3Las grandes pasiones del monarca de las que no habla Casa Real
Quizá es algo que no ha trascendido demasiado pero, desde que era pequeño, a Felipe VI le encantan los perros. De hecho, ha tenido muchos a lo largo del tiempo. Cuando llegó Letizia a la familia, se deshizo de la costumbre de dormir con ellos en su casa, el entonces Pabellón del Príncipe.
Otra de las pasiones del monarca es la de dormir. Desde su infancia, al pequeño príncipe le costaba mucho despertarse y había que recurrir a trucos bastante efectivos para hacerlo y conseguir que fuera a clase.
Su pasión frustrada es ser astrónomo. Cuando era pequeño, su abuela, la reina Federica de Grecia, le regaló su primer telescopio. Desde entonces, su pasión por los astros fue creciendo, heredada de la parte Romanov de su familia. Si no fuera rey, quizá se hubiera planteado este profesión.