La delgada línea que existen a día de hoy entre jueces y políticos, jueces que imputan a políticos y político que critican a letrados por ello cada día es más fina. El último caso, el del juez García-Castellón, que tuvo la ‘osadía’ de pedir la imputación de Pablo Iglesias, líder de Podemos y Vicepresidente Segundo del Gobierno. Sólo un día después de estos hechos, el juez ha acudido a presentar una denuncia por amenazas de muerte o de agresión lanzadas hacia él y su familia en redes sociales por lo que se conoce como «la guerrilla» de Podemos. A pesar de la gravedad de los hechos, lo peor de todo es que no es la primera vez que los jueces reconocen que se sienten amenazados cuando actúan siguiendo indicios de ilegalidad con los políticos.
La Sociedad está inmersa en una crispación creciente, exacerbada en las redes sociales por la falsa sensación de anonimato que dan -los ‘detectives’ de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado tienen ‘armas’ para seguir el rastro-. Los partidos políticos, y Podemos es uno de ellos pero no el único, lo saben y conocen los mecanismos sociales para azuzar a las masas. Canales internos de difusión, grupos de Facebook, bots en todas las redes sociales… e incluso presión mediática. Todo ello, unido a las cadenas de redes no controladas hace que la bola de nieve crezca, llegando a todo tipo de personas (moderadas y radicales). Un mensaje, un contenido, una noticia, y todo arde.
4LA JUEZ AYALA, HOY DESAPARECIDA, TAMBIÉN LLEVÓ ESCOLTA
En el mundo de la judicatura y los jueces, hay magistrados que como García-Castellón intentan ser noticiables lo mínimo posible y quienes llevan mejor ser jueces estrella. La juez Ayala, que hoy está desaparecida de la escena pública después de ser apartada de la investigación de los ERE que instruyó inicialmente, era de las segundas. Ha llenado cientos de portadas de medios con sus investigaciones en el macrojuicio y la macro investigación del que es, hasta la fecha, el mayor caso de corrupción política.
Su decisión de imputar a la cúpula del PSOE andaluz en la trama de los cursos de formación y el dinero público malversado, le costó también tener que llevar escolta por la calle ante los ataques de los más acérrimos del sistema corrupto. Otro más entre los jueces amenazados.