Hemos traído otras veces recetas de platos típicos en cualquier bar o restaurante a modo de tapa o ración. Pues otro de los clásicos en este sentido son los chopitos, una tradición sobre todo en terrazas y chiringuitos. Pero la receta casera es siempre más apetitosa y además podrás disfrutarlo en tu casa. Así que vamos a enseñarte cómo rebozar o freír los chopitos para que estén de lo más crujientes y tiernos.
El chipirón es un pequeño calamar proveniente de algunas zonas de España. Su nombre proviene del término vasco txipirones, cuyo uso se ha extendido en todo el país. En algunas zonas, también se le conoce con el nombre de chopitos o puntillas. Es ideal para un entrante o aperitivo, además de una opción perfecta para un plan de tapeo con los amigos. Quedarás de diez y además es fácil de elaborar y sabroso.
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Lo primero es limpiar los chipirones si los has comprado enteros. Hay que sacar la pluma y pasarlos por agua. También debemos retirar los ojos, la boca y la tinta, reservando esta última ya que nos sirve por ejemplo para una fideua negra o cualquier receta con arroz. Primero tirar de los tentáculos para arrastrar el interior. Quitamos la pluma o jibia del interior y los ponemos bajo el grifo. A continuación cortamos las zonas blandas que están justo pegadas a los tentáculos.
A continuación, quitamos también la zona amarilla pegada a los tentáculos, introducciendo el dedo y dándoles la vuelta, saldrá con facilidad. Retiramos los ojos y la boca, así como la piel oscura de la bolsa, y de nuevo lavamos. Le damos la vuelta a la bolsa y la escurrimos bajo el grifo. Por último, cortamos en trocitos los tentáculos y las aletas de los chipirones y también los reservamos.