Una de las mejores cosas del otoño son las castañas, el símbolo por excelencia de esta estación. Llegan los primeros días de frío y las calles se llenan del aroma de los puestos callejeros que nos tientan a comprar un cucurucho de castañas calentitas, tiernas y un poco dulces. Pero también podemos hacerlas en casa y tomarlas en cualquier momento, aunque no tengamos el brasero típico de las castañeras. El resultado es igual de bueno. Se pueden preparar de varias maneras.
3EN UNA SARTÉN
Lo mejor es hacerlas al fuego, si tenemos cocina de gas, porque quedan mejor. En cuanto a la sartén, podemos comprar una especial que tiene agujeros en la superficie. Así las castañas se asan casi directamente al fuego. Al ser un recipiente más pequeño es posible que tengamos que hacer varias tandas. Es tan fácil como colocar las castañas sin tapar con el fuego fuerte y vigilar hasta que estén hechas. Hay que moverlas de vez en cuando para que se asen por todas partes y evitar que se quemen. Se suelen hacer en una media hora pero podemos ir probando una de vez en cuando para cogerles el punto. En vitrocerámica se preparan igual pero usando una sartén normal. Tardarán un poco más en hacerse y en este caso sí se recomienda usar tapa para mantener la humedad.