Los centros de día y los hogares de Aragón pueden abrir sus puertas para atender a los aragoneses que hacían uso de ellos y que vieron como este recurso tenía que volver a cerrarse debido a la situación epidemiológica en la Comunidad Autónoma.
En estos momentos, con toda la cautela y sabiendo que la situación puede revertirse si cambian los datos de contagio, estos centros dedicados a la atención de los mayores volverán a estar operativos, partiendo de las premias de «la prevención, la necesidad y proporcionalidad».
«Para el Departamento de Ciudadanía esta era una prioridad y una preocupación, porque somos conscientes de lo necesarios que son para recibir determinados tratamientos y para que las familias concilien, en el caso de los centros de día, y para convivir, en el caso de los hogares», ha señalado María Victoria Broto.
La consejera de Ciudadanía y Derechos Sociales ha hecho este anuncio en el marco de una rueda de prensa donde se han analizado todos los pormenores de estas aperturas, en las que se llevan semanas trabajando, así como las novedades en las residencias de mayores, que van a permitir de nuevo los paseos de los residentes, pero con acotaciones encaminadas a garantizar al máximo la protección de la población más vulnerable ante el coronavirus.
En su comparecencia ante los medios de comunicación, María Victoria Broto ha estado acompañada por el secretario general técnico del Departamento, José Antonio Jiménez, y el gerente del Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS), Joaquin Santos, que han detallado estas modificaciones, que se publican en el Boletín Oficial de Aragón.
En las residencias de mayores y de personas con discapacidad, se reduce la duración mínima de las salidas voluntarias y temporales de los residentes, que hasta ahora eran de un mes, y pasa a ser de diez días, siempre, claro está, que el residente no tenga síntomas, no haya estado en contacto con ninguna persona enferma, y en caso de haber pasado la enfermedad, tenga una prueba serológica negativa.
El retorno a la residencia podrá realizarse siempre que la persona que vaya a ingresar no presente cuadro compatible con la enfermedad y el centro no tenga más de dos casos sospechosos o uno confirmado. A su regreso, el residente deberá acreditar su prueba diagnóstica negativa y una declaración responsable donde quede constancia de que no ha estado con ninguna persona positiva o con síntomas.
En cuanto a los nuevos ingresos, al igual que con los retornos, el centro no debe tener más de dos casos sospechosos ni uno confirmado; del mismo modo, la persona que ingrese debe acreditar prueba diagnóstica negativa y declarar que no ha estado con sospechosos o contagiados.
Se reducen los plazos de «blindaje» de los centros. La nueva orden recoge que los centros podrán acoger a nuevos residentes o permitir la vuelta de aquellos que han salido voluntariamente, diez días después del inicio de síntomas del último caso notificado, siempre que el centro tenga buena capacidad de sectorización y la debida formación del personal, entre otras medidas exigidas.
En el capítulo de visitas se permite la entrada de un solo familiar, allegado o persona de referencia. El encuentro puede durar como máximo una hora y debe concertarse con cita previa. Las personas que acaban de ingresar en la residencia, aunque estén aisladas por este motivo, también pueden recibir visitas.
Los residentes pueden realizar un paseo diario, de una hora máxima de duración y alrededor de un kilómetro de distancia del domicilio de la residencia y también pueden realizarlo acompañado de un familiar, siempre respetando el uso de mascarillas, las distancias y las medidas de higiene. Estas salidas también se concertarán con el centro y no deben realizarse en franjas horarias de afluencia o a espacios concurridos.
HOGARES DE MAYORES
En Aragón hay 33 hogares de mayores y antes de la pandemia contaban con 120.000 socios. Durante el tiempo que han estado cerrados han atendido a sus usuarios por teléfonos, han servido comidas y han ofrecido servicios básicos.
Ahora estos centros se abren con las pertinentes medidas de seguridad y con los protocolos adecuados para que los hogares sepan cómo actuar en caso de que se declare un caso. Si las autoridades competentes lo vieran necesario se suspendería la actividad.
CENTROS DE DÍA
Podrán empezar a prestar servicios asegurando distancias y protocolos de seguridad aquellos centros de día que estaban cerrados en algunas zonas de Aragón, también pueden abrirse los que están adscritos a un centro residencial para estancias diurnas. En este último caso, diferenciando las entradas de los usuarios de estos centros y de la residencia en la que se ubican, debe haber una separación física y no se puede compartir personal (salvo en el caso de determinados especialistas).
El director gerente del IASS ha puesto el acento en la importancia de poner en marcha estos centros por las implicaciones positivas que tienen para los usuarios y también para las familias. «No podemos olvidar que hay miles de aragoneses que recibían estos servicios que durante meses han visto limitados tratamientos y rutinas, se ha hecho por su seguridad, pero retomarlos, con toda la prudencia, es motivo de alegría», ha dicho Joaquín Santos.
Por su parte, el secretario general técnico del departamento ha recordado, respecto a las residencias que las medidas que recoge la orden y que flexibilizan la actual situación pueden adoptarse gracias a la situación epidemiológica y a la aplicación y control de los planes de contingencia, que están permitiendo una actuación más rápida y eficaz en caso de detectarse un caso.
RESIDENCIAS BLINDADAS DURANTE EL PUENTE DEL PILAR
El texto que se ha publicado este viernes en el BOA recoge también una medida temporal que estará en vigor entre el 10 y el 18 de octubre (ambos inclusive) y pasa por blindar las residencias de Zaragoza capital durante el puente del Pilar, suspendiendo en esas fechas visitas y paseos, para evitar que en el hipotético caso de que se produjera un aumento de contagios durante esos días, esa situación pudiera llegar a las residencias.
«Es, de nuevo, una situación dura, que no nos gusta, pero necesaria. Nuestra principal obligación es defender la vida y en eso seguimos trabajando», ha subrayado la consejera Broto.
Con carácter general todas las novedades anunciadas en la orden se acompañan de dos medidas: el seguimiento por parte de los centros de las entradas y salidas de familiares u otros visitantes; así como de la obligación de firmar declaraciones responsables sobre el estado de salud y el conocimiento de la situación epidemiológica y las medidas que ésta implica.